Buff, Papunashvili, los centrales... las asignaturas aún pendientes

El entrenador del Real Zaragoza, Natxo González, repasó antes del quinto partido liguero en Lugo los asuntos mejorables del equipo a fecha de hoy.

Natxo González observa el entrenamiento sobre el césped de la Ciudad Deportiva.
Buff, Papunashvili, los centrales... las asignaturas aún pendientes
Daniel Marzo

Tras el primer mes de competición, el ideal del proyecto técnico-táctico del Real Zaragoza sigue esperando una mejor cohesión general del equipo y, asimismo necesita que determinadas individualidades, fichadas para ser líderes en sus posiciones, alcancen un nivel de rendimiento que aún no han dado. Natxo González, en este sentido, no tuvo ningún inconveniente en abordar algunos casos concretos, quizá los más relevantes a estas alturas de septiembre, en las horas previas a jugar en Lugo la 5ª jornada liguera.

En primer lugar, tuvo que hablar sobre Buff, un mediapunta con gran técnica y último pase en las cercanías del área, con gol en sus lanzamientos a puerta, que todavía no ha dejado su impronta de manera firme en los partidos ya dirimidos. "Oliver Buff tiene, con seguridad, un margen importante de mejora, como pasa con otros jugadores. Es verdad que ha de mejorar. Lo irá consiguiendo dentro del proceso de engranaje", admitió sin rodeos.

El internacional georgiano Papunashvili, habitual en la selección absoluta de su país en los últimos tiempos, llegó al Real Zaragoza para ejercer un papel relevante en la línea de mediapuntas. Y, por ahora, no ha sido titular nunca y apenas ha asomado en el campo un par de ratos, todo muy lejos de las expectativas generadas en julio. Natxo ofreció su versión sobre el estado actual de las cosas con el de Tbilisi. "El caso de Papunashvili, yo creo que es un caso claro de adaptación. Es un chico con mucho desequilibrio en sus condiciones futbolísticas, pero tiene un hándicap grande que es idioma. Y en ese proceso de adaptación está. Sé que cuesta asimilar un poco mi método, mi intención de juego, porque hay muchos matices, muchos conceptos a trabajar. Y Papu tiene ese hándicap en el que, entre todos, estamos tratando de ayudarle. Lo hacemos desde la tranquilidad", reconoció el preparador alavés.

Sin nombres propios de por medio, los problemas de los centrales, en el eje de la defensa, tanto en su conducta defensiva como en la prolongación de sus prestaciones cuando han de salir con el balón jugado desde atrás, también fue objeto de análisis por parte de Natxo. Es algo obvio que ese lugar en la pizarra no está funcionando bien. Ni Grippo, ni Verdasca, ni el ahora defenestrado Jesús Valentín (no viaja citado entre 20 a Lugo) le han cogido la onda a la filosofía del técnico. "Cuanto más quieres tener el balón, cuanto más quieres controlar el juego, más riesgo hay de que haya pérdidas en las zonas intermedias. Dentro de ese engranaje, cuando los automatismos sean mejores y busquemos la superioridad numérica, todo esto se reducirá. Sería fácil decir que nos saltamos todas las líneas y jugar directo, con lo que perderíamos el balón cerca del área rival, que es otra fórmula. Pero queremos seguir una idea de juego y potenciarla. Eso sí, debemos tener los menos sustos posibles atrás", avisó Natxo.

Por último, el nuevo entrenador del Real Zaragoza ofreció una explicación a su rigidez, por ahora, en la puesta en escena del equipo, siempre con un modelo 4-2-3-1 que apenas se modifica incluso cuando hace los tres cambios en las segundas partes. No es cuestión de apuestas valientes o conservadoras, sino de una manera de concebir la progresión colectiva de un vestuario totalmente nuevo y heterogéneo que aún se está conociendo. "Antes de ir a otras cosas, lo primero que quiero consolidar es el 'plan A'. Para tener después un 'plan B' o un 'plan C', primero hay que hacer bien el A", subrayó con claridad y sin rodeos.

Las modificaciones tácticas sobre la marcha, según vengan los partidos y los marcadores, tendrán que esperar hasta un poco más adelante, según advirtió el entrenador zaragocista. "Tenemos un 'plan B' y un 'plan C'. Pero no consolidados. No afianzados. Y no puedo dejar de perfeccionar el A para dedicarme al B o al C o a un D. Vamos a ir metiendo matices al juego poco a poco", remarcó.

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