El susto respecto de la posición de central

El final de la pretemporada destila inestabilidad en el eje de la zaga, donde Grippo, Jesús Valentín, Verdasca y Zalaya evolucionan lentamente.

Verdasca salta ante el eibarrés Rubén Peña en un lance de juego este pasado sábado en La Romareda.
El susto respecto de la posición de central
Oliver Duch

Lalo Arantegui, director deportivo del Real Zaragoza, comenzó a armar la importante zona del eje de la defensa de cara a la temporada 2017-18 con uno de los pocos jugadores de la plantilla anterior que se quedaron tras el 30 de junio, el tinerfeño Jesús Valentín, de 25 años. Enseguida, incorporó a uno de los hombres de su cartera particular, el suizo Grippo, apuesta de su sello, algo más veterano, 28 años. Y, por supuesto, contaba con el emergente Zalaya, joven de 19 años que viene creciendo con fuerza en la Ciudad Deportiva hace un lusto y que iba a ostentar el rol de cuarto central del plantel. Faltaba última pieza para cubrir este puesto defensivo en el proyecto. Intentó que fuera Perone, brasileño de 30 años del Nástic de Tarragona, pero cuando todo estaba acordado, el club catalán pidió un traspaso inaccesible a las actuales arcas del club aragonés y la operación se frustró. La alternativa, casi de inmediato, fue Verdasca, un chaval de 20 años que ha llegado del Oporto B, de la Segunda portuguesa.

Y estos cuatro son los inquilinos de las dos posiciones de defensa central del equipo. Los que han completado la pretemporada con diferentes alternancias. Una vez concluido el periodo de preparación estival, con el esperado y razonable paso lento en cuanto al ensamblaje del equipo, compuesto por infinidad de jugadores nuevos y de corta experiencia en muchos casos, la evaluación que más susto ha llevado dentro y fuera del área deportiva del Real Zaragoza es justamente la que afecta a los centrales. No han estado a la altura mínima que deberían para que, a día de hoy, la calma y la confianza imperen en esas ubicaciones de la pizarra blanquilla, donde lo que sucede es algo bien distinto.

De los cuatro, a cinco días del inicio de la liga en Tenerife, solo Grippo -que juega volcado al perfil zurdo pese a ser diestro- parece apuntar las maneras básicas para aportar la solvencia que siempre resulta crucial por delante del portero, en el sitio donde hay que neutralizar a los goleadores rivales. Jesús Valentín, que de entrada partía como su pareja en el pie derecho del puesto, ha ido a menos hasta llegar incluso a desaparecer (no jugó ni un minuto ante el Eibar, por motivos puramente técnicos). Verdasca, el joven luso que parece haber adelantado por el arcén al canario, está dejando en cada partido preparatorio claros y oscuros en sus actuaciones, siendo los aspectos más sonoros los que generan dudas por el tamaño de los defectos. En el caso del canterano Zalaya, su concurso ha sido simbólico, imposible de meter en el mismo nivel de examen que el de sus tres colegas de puesto. Se puede afirmar que no parte del mismo punto que ellos y que su sitio parece estar encaminado a formar parte del filial en Segunda B en el inicio del curso.

Al margen de los análisis subjetivos, profesionalmente técnicos o de índole interna, que siempre poseen un índice de datos y un grado de profundidad mayor que el de la generalidad de aficionados y observadores del equipo, se palpa susto en 360 grados alrededor del asunto.

Durante las tres semanas de partidos preparatorios, el entrenador, Natxo González, ha intentado transmitir sosiego y confianza a todos los jugadores del equipo, especialmente a los que visiblemente cada día se dejaban cuestiones en el tintero según la expectativas. Los centrales han sido los más enfocados. Al término del Real Zaragoza-Eibar, este sábado, tuvo que responder sobre Verdasca, que quedó retratado en un fallo grosero ante Inui que casi costó un gol (el japonés remató al poste su regalo) y en varias decisiones de alto riesgo posteriores. "Hombre, claro que hay errores que te preocupan. Pero sé el potencial que tienen nuestros chicos y sé que van a ir creciendo. Les veo día a día. Verdasca es un chico muy joven, es el que más tarde ha llegado, está en un proceso de adaptación. Pero sé qué potencial tiene. Lo que me preocuparía es que no tuviera margen de mejora. Pero creo que lo tiene, y bastante", defendió el técnico vitoriano.

Natxo no le dio ni un solo segundo a Jesús Valentín ante los eibarreses. Y, sobre ese detalle, el entrenador blanquillo explicó que, el once que se vio en este último amistoso de la pretemporada, tiene muchas opciones de ser el titular en Tenerife en el primer día de competición oficial, el viernes próximo. "Yo creo que este era un partido para que algunos acumulasen ya 90 minutos. A partir del próximo día ya solo vamos a tener tres cambios. Y considero que era bueno, en muchos casos, que los jugadores acabasen el partido jugando 90 minutos". Fue el caso de Verdasca. Así que, atendiendo a este razonamiento, el joven portugués parece partir con seria ventaja sobre un Jesús Valentín al que le han penalizado varios errores durante los choque anteriores, especialmente el día del Villareal B en Teruel o en Miranda de Ebro. Tampoco en Tarragona tuvo un día demasiado redondo.

"Hay errores que se pueden solucionar con trabajo y otros que no se puede", señaló Natxo González tras caer por 3-1 ante el filial del Villarreal de Segunda B. Con el paso de las horas, el entrenador aclaró que no se refería a la falta de calidad de algunos de sus hombres, sino a la "falta de atención y concentración en el juego". Fue el momento en el que los centrales pasaron a estar en tela de juicio en primera línea de óptica dentro del club.

De hecho, el susto, ya en sus albores, instó al área deportiva a poner en marcha la opción de fichar un nuevo defensa central de aquí al 31 de agosto si el dinero disponible da de sí, en virtud de cómo se solucionen las salidas de Irureta, Bedia, Barrera y Xumetra. Lo de este sábado ante el Eibar, no ha sido más que un martillazo más sobre el mismo clavo.

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