Boltaña, la concentración más breve desde 2005

El Real Zaragoza se marcha este domingo a la localidad del Sobrarbe para entrenarse allí hasta el viernes, solo cinco días fuera de casa.

Dos momentos de la pretemporada del Real Zaragoza en Boltaña en los dos veranos precedentes, en 2015 (izda.) y el pasado 2016 (dcha.).
Dos momentos de la pretemporada del Real Zaragoza en Boltaña en los dos veranos precedentes, en 2015 (izda.) y el pasado 2016 (dcha.).
Javier Broto

Boltaña, localidad oscense en la zona pirenaica de la comarca del Sobrarbe, recibe este domingo un año más al Real Zaragoza. El Hotel Barceló Monasterio de Boltaña, un establecimiento de alta gama que inauguró precisamente el equipo zaragocista en 2005, será el lugar de concentración de la plantilla en los albores de la pretemporada, 12 años después de aquella primera vez.

En este julio de 2017 se da una circunstancia diferenciadora con el resto de las estancias del equipo blanquillo en este acogedor pueblo de 960 habitantes: el plantel que dirige Natxo González solo va a vivir en Boltaña cinco días de trabajo (seis fechas, contando este domingo donde solo tiene lugar el viaje desde Zaragoza), cuando lo normal en años pretéritos es que la estadía no bajase de las 10 jornadas. 

Esta breve experiencia del remozado Real Zaragoza en Boltaña, desde el domingo 16 al viernes 21 de julio, es la sexta vez que el equipo zaragozano acude a este lugar del Pirineo Aragonés. Todo porque, entre la primera época (iniciada aún con Alfonso Solans Solans como máximo accionista de la SAD) y esta segunda, reiniciada por la actual propiedad encabezada por los patronos de la Fundación Zaragoza 2032, el equipo tuvo como primer destino estival cada verano (cinco pretemporadas, entre 2008 y 2012) las localidades sorianas de Navaleno y San Leonardo de Yagüe, la primera cuna del anterior rector de la entidad, Agapito Iglesias.

Boltaña ha sido el punto de partida de los proyectos de 2005, 2006 y 2007, en aquel primer bloque de años en los que el Real Zaragoza descubrió este excelente marco para trabajar en julio. Y, en la reanudación posterior, en 2015, 2016 y, ahora, en 2017.

Además de ese paso intermedio por tierras sorianas ya referido, cabe recordar que en en el verano de 2013 el recién aterrizado director general Jesús García Pitarch decidió que lo de Soria se había terminado y, en el regreso a Aragón, eligió la localidad turolense de Alcalá de la Selva como sede del primer tramo de la pretemporada. A él, valenciano, le quedaba a tres cuartos de hora de casa. En cualquier caso, fue un motivo para que el Real Zaragoza hiciera uso de Teruel por primera -y única hasta ahora- vez en su historia de concentraciones veraniegas.

Y, como también se rememorará con facilidad, en 2014, en aquel mes de julio de la vorágine de la salida de Agapito del arruinado club, de la casi liquidación y desaparición definitiva del Real Zaragoza salvada in extremis por los actuales propietarios, el inexistente equipo de fútbol apenas pudo trabajar -en precario- cuatro semanas antes del inicio liguero... sin salir de la Ciudad Deportiva. En ese verano no hubo ni dinero ni capacidad de maniobra logística para organizar un trabajo ordinario con Víctor Muñoz como entrenador de un grupo compuesto mayoritariamente por chicos del filial y, sobre todo, del juvenil. Solo han pasado tres años de aquel trance.

Así pues, con esta solera que ya toma forma con el paso de los años, el Real Zaragoza retorna por unos breves días a Boltaña, ubicada a 643 metros de altitud sobre el nivel del mar (la altura más baja de las localidades a las que se ha acudido durante las últimas décadas). El equipo parte en el autobús oficial del club a las 18.00 de este domingo desde La Romareda. Llegará a cenar al Hotel Monasterio, pasadas las 20.30. El primer entrenamiento en el campo de Villaboya, junto al río Ara, será el lunes a las 9.30, horario habitual de todas las sesiones matinales. Por la tarde, el programa recoge ensayos a las 19.00. Así será hasta el viernes 21, momento en el que, tras concluir ese entrenamiento vespertino, la expedición partirá de vuelta hacia Zaragoza para llegar a dormir a casa.

El sábado 22, ya en Zaragoza, en horario por determinar y en la Ciudad Deportiva a puerta cerrada para el público, está previsto un primer amistoso informal ante el filial, el Deportivo Aragón. Ahí nacerá la nueva y definitiva fase de esta pretemporada, la de los partidos preparatorios donde Natxo González pretende hacer crecer al equipo de manera más acusada. Los rivales con los que se han concertado esos clásicos bolos de verano son el UD Logroñés, el Mirandés, el Villarreal B, el Levante, el Nástic de Tarragona y el Eibar.

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