Golazos de Javi Ros y Papunashvili en la mañana sabatina

Los dos tantos marcados en el partidillo de ensayo dirigido por Natxo González fueron, por su belleza, aplaudidos por el público y la propia plantilla.

Javi Ros, en el centro de la imagen, observa con intensidad la disputa del balón en la zona del medio campo entre Febas y Xumetra. A la dcha., Barrera. Al fondo, Eguaras.
Golazos de Javi Ros y Papunashvili en la mañana sabatina
Raquel Labodía

Algo más de media hora de partidillo con fundamentos tácticos, entre un equipo de azul y otro con peto naranja, dejaron este sábado dos golazos como detalles más aplaudidos, tanto por parte del público que se dio cita en la Ciudad Deportiva para asistir al trabajo del Real Zaragoza como por la propia plantilla que dirige Natxo González. Sus autores, Javi Ros y el georgiano Papunashvili. Además, se trató de los dos únicos tantos que ambas escuadras fueron capaces de consumar, dado que el ir y venir de área a área (en campo reducido a 65 metros de largura) es lo que predomina por ahora en la fase de asimilación de lo que el nuevo entrenador propone como sistema de juego.

Los dos futbolistas participaron con el equipo naranja, dentro de un reparto aleatorio donde no cabe sacar mayores consecuencias respecto de titulares y suplentes. Es demasiado pronto para adivinar intenciones en ese sentido. Ros marcó en la portería de las piscinas y Papunashvili lo hizo, en el segundo tramo del ensayo, en la de vestuarios.

El gol de Ros llegó tras una acción individual de control, avance, búsqueda del hueco para el chut desde fuera del área por parte del navarro y, tras perfilar el cuerpo perfectamente, lanzar un derechazo colocado con el interior del pie cuya leve rosca salvó la posición del portero y se coló a media altura pegada al palo. El ¡ohhh! en la grada y los gestos de felicitación de sus compañeros fueron sonoros de inmediato por la plasticidad que tuvo la acción del centrocampista navarro.

Ya en las postrimerías del entrenamiento, fue Papunashvili quien dejó su sello goleador. El internacional con Georgia remató de volea, a la primera, en carrera llegando desde atrás con la pierna izquierda, un centro del filial Xiscu. Buscó el espacio al que iba a llegar la pelota entrando desde atrás, desde su posición de partida como extremo/interior derecho. Y empalmó el balón aproximadamente a la altura del hipotético punto de penalti. La bola entró por la escuadra derecha de Irureta, que llegó a tocar la pelota con el cuerpo en su intento vano por evitar el gol. Era tanta la potencia y tan buena la colocación que el gol era inevitable para el guardameta. A Papu (así lo llaman in voce sus colegas) lo felicitaron varios de los componentes de la plantilla, mientras los aficionados aplaudían esa diana con la que prácticamente se acabó la mañana.

Ros y Papunashvili, con sus dos golazos, demostraron el viejo adagio del balompié: por encima de tácticas, teorías, y filosofías, "el gol es lo más importante del fútbol". Al menos, lo que más gusta de ver, lo que activa instintivamente la alegría, las emociones positivas, el aplauso y la celebración general. 

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