Machín, entrenador del Girona FC: "Un empate me sabría a gloria"

El técnico soriano del cuadro catalán no quiere revivir las pesadillas de los dos últimos años, en los que perdió el ascenso in extremis y contra pronóstico.

Pablo Machín, en la rueda de prensa de este viernes en Gerona.
Pablo Machín, en la rueda de prensa de este viernes en Gerona.
Girona FC

Pablo Machín, el entrenador del Girona FC, rival del Real Zaragoza en el decisivo partido de este domingo próximo en la capital gerundense (20.00), habló con una claridad cristalina sobre sus deseos respecto del resultado final de ese choque en el estadio de Montilivi: "Hay partidos especiales, éste es un partido especial. Y un empate me sabría a gloria. Si por mí fuera, ojalá que se juntara el pitido inicial con el del final", afirmó el técnico soriano del cuadro catalán, que aspira por tercer año consecutivo a lograr un histórico ascenso del Girona a Primera División (en los dos anteriores, se quedó a un paso de lograrlo).

Estas declaraciones adquieren un valor superlativo dado que, como es sabido por la generalidad del fútbol español, al Girona le sirve un punto para ascender matemáticamente a Primera y, al Real Zaragoza, también le hace falta solo un punto para certificar matemáticamente su objetivo supremo y único en esta horrible temporada que ya acaba: salvarse del descenso a Segunda B.

Todo Gerona se prepara para vivir una noche única, sin precedentes, la que ponga al Girona FC en Primera División por primera vez en sus 87 años de vida. Pero, asimismo, se tiene un miedo atroz a vivir otro chasco monumental, como el que les sucedió hace dos temporadas en la última jornada ante el Lugo, tambien en Montilivi. Ganando a los gallegos, el Girona subía matemáticamente. Y lo hacían, por 1-0, ya en el tiempo de aumento. En ese fatídico momento, el ariete lucense Caballero hizo el 1-1. Y el Sporting de Gijón, que en caso de que el Girona fallase debía ganar en Sevilla al Betis (ya campeón) por más de dos goles, venció en el Benito Villamarín por 0-3 y se le coló por el arcén a los gerundenses. Todo muy atípico, contra pronóstico.

Lo peor para el Girona ese año es que el Real Zaragoza, en la semifinal de la promoción posterior, lo eliminó en otro dramático desenlace. Tras haber ganado los rojiblancos por 0-3 en La Romareda, los aragoneses les remontaron en Montilivi con aquel estratosférico 1-4 para la historia. Fue un 'shock' para toda la afición del Girona que se repetiría el año siguiente (el pasado), al caer de nuevo en la promoción, de manera inesperada, ante el Osasuna, que se había metido de rebote en los 'play off' al suceder la goleada por 6-2 del Real Zaragoza en Palamós ante el descendido Llagostera.

Machín sabe lo que es perder dos ascensos teniéndolos en la mano. Siendo favoritos a ojos de todo el mundo. Sobre todo el primero de los referidos. Por eso no quiere pasar por la misma pesadilla. Así que, sus palabras de este viernes, sus deseos, sus anhelos, se entienden como lo más natural del mundo. Les basta un punto. No necesitan más. Como al rival de turno, que viene a ser el Real Zaragoza por los caprichos del calendario. Machín observa un matiz distinto respecto de lo sucedido en los fatales años anteriores en el Girona: "La gran diferencia de los años en los que tuvimos un 'match-ball' a ahora es que, en el peor de los supuestos (victoria del Real Zaragoza este domingo en Montilivi), tendríamos una segunda oportunidad (en la última jornada, donde se desplazarán a Córdoba)".

Pero todo está programado para que la fiesta se celebre este domingo en el feudo gerundense. Así que, como dice Machín, el empate es más que suficiente. Todo un guiño.

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