Media liga de Segunda puede bajar a Segunda B
Las victorias de varios colistas en las últimas semanas elevan la cota de la cuarta plaza del descenso, amenazante para una docena de implicados.
La jornada 36ª de Segunda División todavía está inconclusa, pero el lío que se ha montado por evitar el descenso a Segunda B ya puede comenzar a analizarse, a falta de jugar varios de sus implicados, tanto en el final de este domingo como en los partidos que se disputarán el lunes, festivo, 1 de mayo. Las victorias consumadas, varias consecutivas en las últimas fechas, por varios de los equipos que habitaban en la parte más baja de la tabla en los últimos tiempos, casos del Almería, Rayo Vallecano, UCAM Murcia o, poco antes, Córdoba y Nástic de Tarragona, han terminado por absorber hacia el remolino de la Segunda B a equipos que hace un mes ni lo barajaban, casos del Elche, el Numancia, el Reus, el Sevilla Atlético e, incluso, el Lugo. Por supuesto, el Real Zaragoza está entre los salpicados por el riesgo, ya que es de los que viene del sótano, huyendo como puede hace días del fuego mortal.
El diseño de la pelea por la permanencia y el descenso ya tiene un rostro más o menos claro de aquí al final de la liga, en las seis últimas jornadas. Por un lado, después de un torneo lleno de igualdad en el que nadie se despeñó con antelación, hay tres clubes que presentan unas constantes vitales muy graves: Mirandés y Mallorca, que pese a que puntuaron en esta jornada continúan al borde del colapso definitivo, y el Alcorcón que, tras su nueva derrota en la mañana dominical por 0-2 ante el Cádiz, también pierde contacto con los asideros de la salvación y se hunde progresivamente hacia lo irreversible. El Mirandés empató in extremis 1-1 en Córdoba y el Mallorca dio un coletazo de malherido para ganar 2-3 en el Pizjuán al filial sevillista. Aun así, siguen descolgados en las dos últimas posiciones.
Si estos tres se desenchufaran prematuramente de la pelea para su mal, todo parece tender a que la cuarta plaza del descenso, la 19ª, va a quedar abierta hasta el final en una lucha sin cuartel ni control en la que van a verse salpicados hasta, quién sabe, una docena de equipos. Sí, 12. Una barbaridad porque, eso significa que, sin estirar las matemáticas hasta límites cuasi imposibles, desde quien ocupa ahora mismo el puesto 19º hasta quien mira todo este galimatías desde la 9ª plaza, que es el Lugo (derrotado en su campo del Anxo Carro por el Girona por 0-2), vive en estado de ansiedad, nervios, miedos y riesgo de caer en el cepo final, allá por el 11 de junio, cuando la liga alcance su última estación.
Hasta el Valladolid, que es el 8º con 50 puntos, observa el jaleo con cierto recelo fundado. No en vano, si el Nástic, que tiene 41 en el escalón final del pelotón de implicados (tras el empate, 1-1, del Córdoba ante el Mirandés en El Arcángel), gana al Reus este lunes, a falta de 18 puntos por jugarse solo estarían a 8 de la caída al abismo. Como para no dormir tranquilo, ni mucho menos, pese a tener ya en sus manos la cosecha de 50.
A todos les urge que haya un cuarto torpe que se quede atascado de mala manera, como ya lo han hecho el Mirandés, el Mallorca y, parece ser, el Alcorcón (con 37, los madrileños son los antepenúltimos). Pero nadie quiere ser ese cuarto en discordia. Ni Nástic, ni Córdoba, ni Elche, ni Almería, ni Reus, ni Rayo Vallecano, ni UCAM Murcia, ni Numancia, ni Real Zaragoza, ni Sevilla Atlético, ni Lugo...
En un par de buenos partidos, con 4 o 6 puntos encadenados, a estas alturas de la competición, cualquiera de ellos puede aliviar notablemente su situación. Por el contrario, en dos jornadas cruzadas con dos derrotas seguidas, los problemas pueden llegar a ser de gran calado para el que las sufra. Este es el panorama.