Raí, el futbolista diferente

El delantero brasileño de 18 años vino a España a los 14 para jugar en el Real Zaragoza. Así lo va a hacer gracias a la voluntad de su entorno y del club.

Raí, junto al presidente Christian Lapetra, tras firmar su renovación este jueves. En el centro, el delantero brasileño con su camiseta con el dorsal 38. A la derecha, hace tres semanas cuando recibió la visita de su mentor, el exjugador zaragocista José Edmilson, campeón del mundo con Brasil.
Raí, junto al presidente Christian Lapetra, tras firmar su renovación este jueves. En el centro, el delantero brasileño con su camiseta con el dorsal 38. A la derecha, hace tres semanas cuando recibió la visita de su mentor, el exjugador zaragocista José
Tino Gil/Real Zaragoza/José Vidal

Raí Nascimento es "un futbolista diferente". Eso vienen diciendo de él técnicos, ojeadores, 'scoutings' y demás figuras diversas del fútbol desde que el joven delantero brasileño aterrizó en España con 14 años procedente de Río de Janeiro. Raí llegó a Zaragoza porque, desde el primer momento en el que se planteó su salto a Europa en época infantil, siendo un niño de favela, todo se encaminó para que un día de 2017 o 2018, si todo iba según lo previsto en el mejor de los escenarios, el fibroso delantero carioca fuera futbolista del primer equipo del Real Zaragoza.

Así lo quiso José Edmilson, el excentrocampista del Real Zaragoza, campeón del mundo con Brasil, santo y seña del balompié brasileño tras su retirada por su capacidad de aglutinar voluntades de las grandes estrellas 'verdeamarelhas' y su apoyo constante a los sectores más desfavorecidos del fútbol de su país. Y así lo decidió Borja Alcazo, el representante español (zaragozano) que, fruto de su vínculo amistoso con Edmilson, fue quien entró en contacto con la familia de Raí en su singular barrio para planificar su futuro en Zaragoza en busca de una salida profesional que, por cómo ha sido desde el principio, no tiene parangón ni precedentes, no solo en la historia zaragocista, sino en la del fútbol nacional. Por esto, Raí también es "un futbolista diferente".

Raí llegó a Zaragoza con 14 años. Desde el primer día, el Real Zaragoza de entonces (hace cuatro temporadas, con otras gentes, otros personajes y otros criterios de funcionamiento en la Ciudad Deportiva y la SAD) sabe de su existencia y, poco a poco, de sus condiciones como futbolista de futuro. Al fin y al cabo, si el chico venía a Zaragoza, con la tutela jurídica de su representante (meses después, su padre legal a todos los efectos mientras dure el actual statu quo), el fin era que el primer equipo aragonés fuera su destino si todo progresaba adecuadamente.

Pisó los campos de la Ciudad Deportiva. El Real Zaragoza lo envolvió en su burbuja sabiendo que la evolución de las normas legales en España iban a generarle un camino difícil de cubrir en los siguientes 4 años. Jugó puntualmente en el Stadium Casablanca. También en el Stadium Venecia, en ambos casos como cadete. Y todos (algunos, entonces, fuera del Real Zaragoza, ahora dentro) hablaban de "un futbolista diferente". Hizo un zigzag de ida y vuelta a Brasil, mientras las leyes españolas le arreglaban los papeles para poder residir en su nuevo domicilio zaragozano. De vuelta, comenzó a estudiar en Marianistas, después en el Calasancio, y a hacer vida ordinaria en su nueva ciudad: Zaragoza. Sus padres depositaron en su tutor toda la confianza, la fiducia más grande que pude existir para con un hijo. Es, por todo este modo de proceder, "un futbolista diferente". 

De los 16 a los 18, porque los reglamentos del fútbol español a instancias de la FIFA así lo establecen, como extranjero, no pudo competir con normalidad en las categorías que hubiese necesitado su progresión. Ni en Tercera División, ni en juveniles. Solo cabía un equipo de Regional. Así de duro. Y fue el Alfindén, el club de La Puebla (el exzaragocista Pascual Sanz sabe algo de este episodio). Por este hecho de tener que jugar dos campañas en Primera Regional, grupo de la capital, con tipos que podían ser sus padres por edad y morfología física, Raí también es "un futbolista diferente". Y por todo lo que dejó entrever como futbolista en el trienio previo a su llegada a la Ciudad Deportiva el pasado verano, por supuesto que también.

Ahora, en este 27 de abril de 2017, Raí ha renovado el contrato que el Real Zaragoza le ofreció a principios de esta temporada aún no conclusa y que solo ha estado vigente durante 10 meses. Lo ha hecho de manera diferente a otros porque siempre ha sido "un futbolista diferente". Salta a la vista su historia.

Raí no jugó jamás -no pudo- en el Real Zaragoza hasta este año, pese a estar en su órbita desde que Edmilson y Alcazo pensaron en Brasil un buen día todo lo que está aconteciendo tiempo después. Por eso no es igual su caso que el de Sergio Gil, Pombo... o cualquier otro al que se le intente comparar. Raí no es un canterano al uso. Es "un futbolista diferente". En todo.

A Raí se le ha propuesto y derivado a una renovación de contrato pese a que no concluía su compromiso con el club el próximo 30 de junio, ya que en julio pasado firmó su contrato por dos temporadas, hasta 2018. También en eso "es diferente" a Gil, Pombo... o cualquier otro (Zalaya y Subías, por ejemplo, aún no han renovado y acaban dentro de 65 días su vínculo con el Real Zaragoza).

Este año, en circunstancias normales, Raí ya tendría que haber jugado muchos partidos como blanquillo. Podía haberlo hecho con el juvenil de División de Honor, o con el filial en Tercera División, o con el primer equipo en Segunda. Pero apenas ha sido utilizado. Simplemente, porque ha sido imposible durante medio año y, después, su caso se ha tratado de manera atípica. Al anterior director deportivo, Narciso Juliá, se lo llevaron los demonios el 1, el 2 de septiembre, cuando vio que la documentación del chico no llegaba a tiempo de dar vía libre a su inscripción en la Federación Española y la Liga de Fútbol Profesional.

Raí se quedó ahogado hasta el 1 de enero, sin licencia. Siete meses más sin poder debutar oficialmente con el Real Zaragoza. Situación inesperada, rara. Eso sí, jugando la pretemporada con el primer equipo (debut en Teruel el 31 de julio y golazo al Ebro, anulado por error arbitral, días después en La Romareda) y entrenándose todos los días con la primera plantilla, como uno más. Por esto, obviamente, Raí también es "un futbolista diferente" a Sergio Gil, Pombo... o cualquier otro al que se intente comparar.

Si chirría escuchar o leer ese cotejo de Raí con otros casos que no tienen nada en común (cuestión de ignorancia, en el mejor y más benévolo de los casos), más lo hace oír el razonamiento de que no ha demostrado nada como zaragocista hasta ahora. Si esto es así, obviamente, es porque eso no ha sido posible por causas ajenas a su voluntad. El chico no puede cargar con la cruz de otros. Por pura justicia humana. Durante los tres años anteriores, por su condición de extracomunitario y el atípico camino que tuvo y decidió seguir. Y, recientemente, durante mes y medio, Raí, en vez de ir jugando minutos de competición oficial en el filial o el juvenil tras el peculiar ostracismo del verano a diciembre ocasionado por la falta de ficha que provocó la tardanza en llegar la documentación a los organismos oficiales en agosto, fue instado a viajar convocado con el primer equipo a Tenerife, Murcia, Huesca, Córdoba, Elche... sin jugar un solo minuto, quedándose en la grada varias veces descartado y, por el perfil de esos largos viajes, sin poder jugar (salvo el día de Huesca, que fue entre semana) después con el filial por incompatibilidad de ubicación. Si solo ha jugado cuatro ratos en el B fue porque así lo decidieron otras instancias, con la salvedad de la expulsión que sufrió en Cuarte (cuatro partidos de castigo) en una tangana donde golpeó a un rival.

Finalmente, hace 20 días surgió el asunto de la renovación y ampliación de su vínculo con el Real Zaragoza, pese a la vigencia de su primer contrato, el firmado en el verano pasado por dos temporadas en unas condiciones que, tras los aconteceres de los primeros meses de esta campaña (todo circunscrito a lo ocurrido en los entrenamientos a puerta cerrada del primer equipo, porque jugar, no ha jugado), el club ha decidido cambiar. Se trata de mejorar la ruta del jugador durante cuatro años y, por supuesto, también de asegurar una cláusula de salida beneficiosa para la entidad si, como se prevé, Raí explota rápidamente en el ámbito profesional. Por esto, obviamente, también Raí "es un futbolista diferente".

Y como "es un futbolista diferente", lo sucedido en las últimas tres interesantes semanas a su alrededor también "ha sido diferente". Raí, con 18 años (4 más que cuando vino a Zaragoza con el objetivo de jugar un día en el Real Zaragoza grande), ya está en el punto de arranque donde el club pensó que podía llegar hace tiempo. Y donde sus mentores soñaron con estar hace todo ese tiempo, largo tiempo de dificultades y ansiosa espera.

Nada ha podido impedir en este tiempo que Raí pueda comenzar su andadura como jugador del Real Zaragoza en pos del triunfo hacia el fútbol de las estrellas. Ni el constante interés, en años y meses pasados, de otras canteras más pujantes que la actual zaragocista, tanto de España (Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid, Villarreal...), como de otras ligas europeas (Francia, Inglaterra, Alemania, Portugal...). Ni las consideraciones leoninas en algún momento puntual de algunos parámetros discutidos en su nuevo contrato. Ni el singular capítulo final de este curioso mes de abril en términos generales. El Real Zaragoza y Raí, los actuales dirigentes y ejecutivos de la SAD y el entorno del jugador, no han variado el objetivo inicial de esta "historia diferente" que nació en 2013.

Al final, se cumplirá lo que hace mucho tiempo todas las partes previeron, programaron y desearon: Raí jugará en el Real Zaragoza, donde debe crecer y demostrar todo lo que apunta desde niño, lamentablemente siempre al margen del club blanquillo por su especial condición de menor brasileño. El entorno del fútbol español, del fútbol internacional, cuyas normas han coartado su integración previa de manera ordinaria. Y el Real Zaragoza tendrá en su seno a Raí, una apuesta de jugador grande que, además del rendimiento que pueda ofrecer el tiempo que esté aquí (a expensas de si el club sube a Primera División en breve), pueda ser en un futuro un valor de máxima rentabilidad en el escaparate mundial. Por todo esto, Raí "es un jugador diferente". 

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