Tras la victoria ante el Mallorca del pasado domingo en La Romareda (1-0), resultado positivo que viene encadenado a la buena racha del Real Zaragoza en los últimos cuatro fines de semana (8 puntos sumados de 12 disputados bajo la batuta del César Láinez como entrenador), el talante voluble de una parte del zaragocismo ha derivado en una sensación de cierta confianza en que la visita de este domingo al campo del Mirandés, el colista de Segunda División, va a saldarse con una victoria aragonesa con cierta normalidad. Y eso lo ha percibido Láinez durante la semana.

Por eso, el técnico blanquillo ha salido al paso con rotundidad en la rueda de prensa previa al viaje a Miranda de Ebro. "Voy a ser sincero. Se lo he dicho a los jugadores: como nosotros vayamos pensando en algo relativo a estar más arriba en la clasificación, nos vamos a venir a casa con la cara sonrojada y con la sensación de que nos hemos equivocado", comenzó subrayando Láinez. Al preparador zaragozano le chirrían esas valoraciones que dicen que, ganando este domingo en Anduva, el Real Zaragoza volverá a estar en disposición de valorar sus aspiraciones de promoción de ascenso en la recta final de la liga.

"Solo el equipo que va con el cuchillo entre los dientes, que es la forma con la que hemos salido en los últimos cuatro partidos, y sabiendo que el abismo está cerquita, está en disposición de dar lo que debe dar. Si nos ponemos otra vez a barajar que el equipo tiene que mirar arriba y que vamos a conseguir metas mayores, será la primera equivocación para saltar al terreno de juego", apostilló Láinez sin rodeos.

A falta de solo 8 jornadas para el final y con 43 puntos, es una evidencia matemática que el objetivo mayor del Real Zaragoza sigue siendo, como en los últimos dos meses y medio, alcanzar el ras mínimo de la conservación de la categoría. Y ese horizonte, para el que aún faltan por sumar varios puntos más, no quiere Láinez que nadie deje de verlo con nitidez. Sin más devaneos mentales.