14 años del golazo de Cani en Almería, en un 0-1 crucial...

El veterano jugador del Real Zaragoza, en sus primeros pasos en el equipo, marcó por la escuadra en 2003 el tanto vencedor en campo almeriense.

Portada del Heraldo de Aragón del 14 de abril de 2003, reflejando el golazo de Cani en Almería. Al lado, captura de las imágenes de televisión en el momento del gol. El jugador celebra el tanto con la camiseta sobre la cabeza (entonces lucía el dorsal '17'). Asimismo, se observa una jugada rodeado de contrarios, entre ellos el aragonés Sorribas.
Portada del Heraldo de Aragón del 14 de abril de 2003, reflejando el golazo de Cani en Almería. Al lado, captura de las imágenes de televisión en el momento del gol. El jugador celebra el tanto con la camiseta sobre la cabeza (entonces lucía el dorsal '17
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Echando el reloj, el calendario y la historia muy hacia atrás, allá por 2003, Rubén Gracia Calmache 'Cani' fue protagonista estelar del Real Zaragoza en un partido similar al de este domingo, en Almería. El canterano, ahora próximo a cumplir los 36 años y entonces con solo 23, anotó por la escuadra el 0-1 definitivo que le dio al equipo aragonés el triunfo en el año de Segunda División bajo la batuta de Paco Flores, en aquel primer descenso de la era moderna con Solans en la propiedad de la SAD. Eran los primeros pasos del joven Cani en la primera plantilla y fue el año de su eclosión en la élite. Ahora, muchísimo tiempo después, el episodio se repite para él en buena medida.

En aquel 13 de abril de 2003, una fecha muy similar, casi exacta a la que va a acoger el duelo esta vez, en 2017, aquel Almería era otro, mucho más modesto que el actual, y el escenario tampoco se trató del mismo. Entonces, los andaluces jugaban en el vetusto estadio Juan Rojas (previamente llamado Franco Navarro, cuando los rojiblancos debutaron el Primera en la década de los ochenta). El cuadro de Almería llevaba el pantalón rojo por aquellos años y el Real Zaragoza modificó su calzón y sus medias para, de forma extraña, vestir con camiseta blanca y el resto de prendas negras.

Pero, como ahora, el Zaragoza estaba en Segunda y venía de sufrir una crisis de siete jornadas seguidas sin ganar, poniendo en peligro el ascenso que al final lograrían los blanquillos. Esta vez, ganar en Almería es obligación suprema para algo más feo pero más trascendente: eludir el descenso a Segunda B y, con ello, evitar la liquidación del Real Zaragoza. Una amenaza seria y real por motivos que no hace falta explicar por enésima vez. Son vox pópuli.

Cani empalmó, un metro dentro del área, el rechace por alto del centro de un córner a favor del Zaragoza, mediada la primera mitad. Un voleón que se coló por la escuadra izquierda del portero local, Barbero, sin que éste tuviera tiempo para reaccionar por la violencia del chut. Un golazo. Una barbaridad de golpeo. Un tanto que resultaría definitivo en un partido disputado, reñido y trabado.

Si este hecho, recordado por su belleza y trascendencia en el devenir posterior -tanto del equipo rumbo a Primera, como del propio futbolista camino de convertirse en un jugador de alto nivel durante muchos años- sirve ahora de invocación a la fortuna, como llamada a una reiteración del acontecimiento, será celebrado por todo lo alto. Tanto como entonces, el Real Zaragoza de 2017 requiere la suma de los 3 puntos en Almería. Cani sacó del atolladero al equipo aquella tarde de principios del siglo XXI. Quizá ahora, ya acercándose a la década de los años veinte del mismo, el de La Paz pueda repetir, en la forma que sea, aquellas magníficas sensaciones.

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