Dos semanas de Láinez con muchas más luces que sombras

En poco más de 15 días, ha instalado un nuevo sistema en el equipo, ha recuperado a futbolistas como Pombo y ha sumado cuatro puntos. Pese a todo, el margen con el descenso sigue siendo muy estrecho.

César Láinez en su estreno en el banquillo de La Romareda.
César Láinez en su estreno en el banquillo de La Romareda.
José Miguel Marco

César Láinez ha superado ya la barrera de las dos primeras semanas al frente del banquillo del Real Zaragoza. Dos semanas clave para el equipo tras la negativa herencia de la etapa de Raúl Agné en las que el preparador aragonés ha dejado muchas más luces que sombras. Su bagaje deportivo recoge cuatro puntos sobre seis, con cuatro goles a favor y uno en contra en dos partidos en los que el Zaragoza ha dado un evidente paso al frente en su juego, al menos en determinados tramos de partidos, las primeras partes de los encuentros ante el Elche y el Valladolid.

La primera decisión deportiva de César Láinez en estas dos semanas ha sido púramente táctica. Dejó atrás el habitual 4-2-3-1 de Raúl Agné para dar forma a un novedoso 4-1-4-1 en fase defensiva que se transforma en un 4-3-3 en la ofensiva. La apuesta de fútbol vertical hacia Ángel de los últimos tres meses ha dejado paso a un juego más asociativo, con preponderancia del paseo corto sobre el largo, intentando sacar el balón jugado desde atrás siempre que es posible. La presión alta es otro de las señas del nuevo estilo, al menos mientras el físico lo permite.

Para eso, además del dibujo, Láinez también ha rescatado del segundo plano a algunos futbolistas que han dado un paso adelante en las dos semanas que el exportero lleva al frente del equipo. Para jugar a otra cosa, Láinez necesitaba apostar por otro tipo de perfiles. El caso más evidente es el de Jorge Pombo. El canterano, que ha renovado por tres temporadas, se ha destapado en las dos últimas jornadas. Suma en ataque y en defensa. Ha demostrado su potencia, su calidad y, además, se ha estrenado como goleador en el fútbol profesional. Es el abanderado del nuevo estilo de César Láinez y se ha ganado a pulso la renovación.

Pero no solo Pombo ha dado un paso al frente. También Láinez ha rescatado a jugadores como Edu Bedia o Isaac. El primero ha acumulado dos titularidades como interior izquierdo y el segundo se ha adueñado de un lateral derecho muy discutido durante la temporada. Sus apariciones no han tenido el mismo impacto de la de Pombo, pero son dos futbolistas que el preparador ha recuperado del último rincón del vestuario. En un grupo no demasiado amplio en cuanto a número, tener a todos a punto para jugar es clave para el exigente final de liga.

Este nuevo dibujo también favorece el perfil de otros jugadores como Zapater o Javi Ros. El capitán, más arropado en el centro del campo, además de colaborar en la salida del balón, ya no tiene que recorrer tantos metros y puede ayudar a los centrales en defensa. Ros, por su parte, cuenta con más socios y apoyos en el centro del campo. Ante el Valladolid, completó una gran primera mitad.

También la portería ha encontrado la deseada estabilidad con la figura de Álvaro Ratón, que no encajó ningún gol ante el Elche y completó una buena actuación ante el Valladolid a pesar de recibir el 0-1 de Juan Villar. Guardameta de su confianza, el canterano ha agarrado los guantes de la titularidad como si los llevara portando durante todo el campeonato y la normalidad parece haberse instalado en un puesto discutidísimo durante todo el campeonato.

Entre las sombras de las dos primeras semanas de la gestión de Láinez, dos por encima del resto: el bajón de rendimiento en las segundas partes y, sobre todo, los dos puntos que dejó escapar el Zaragoza el pasado domingo de La Romareda ante el Valladolid. Tanto en Elche como ante los pucelanos, el Zaragoza completó una notable primera mitad.

La gran diferencia entre ambos partidos fue la efectividad: ante los ilicitanos hizo tres goles en 45 minutos y ante los vallisoletanos, incluso disfrutando de más oportunidades, solo anotó uno. En este sentido, al técnico le faltó algo de atrevimiento en los movimientos desde el banquillo: empatando, retiró al único punta puro del equipo (Dongou) y no introdujo a un especialista de la posición (Samaras). El cambio fue Edu García, al que se le vio perdido como delantero. El griego entró con apenas cinco minutos por delante y el otro cambio, Cani, nunca conectó con el partido.

Por eso, el Zaragoza ganó al Elche y solo logró empatar ante el Valladolid, dejando escapar así dos puntos vitales para alejarse de los puestos de descenso, de los que actualmente solo les separan tres puntos, un partido. Ampliar esa delicada renta es el siguiente reto de César Láinez.

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