Zapater: "Para mí, lo que está pasando es lamentable"

El capitán entona el mea culpa de la plantilla, a la que Láinez ha pedido actitud: "Los jugadores somos los culpables", asegura el ejeano.

Alberto Zapater, camino de la sala de prensa de la Ciudad Deportiva.
Alberto Zapater, camino de la sala de prensa de la Ciudad Deportiva.
Aránzazu Navarro

La marmita del vestuario del Real Zaragoza sigue en ebullición desde que el sábado por la noche concluyó el partido contra el Sevilla Atlético. La inexplicable y vergonzante derrota por 1-2 ante los filiales -varios juveniles- sevillistas, que jugaron sin portero durante 8 minutos con 1-1 en el marcador y, como dice el capitán, Alberto Zapater, "nos ganaron sin querer ganarnos" pasado el minuto 93, derivó en la destitución del entrenador, Raúl Agné, en una nerviosa y tensa mañana de entrenamiento en la Ciudad Deportiva el pasado domingo y en el nombramiento de César Láinez (técnico del filial hasta ahora) como tercer entrenador del primer equipo en lo que va de temporada. Que el equipo sea el 15º clasificado y esté a solo 3 puntos del descenso a Segunda B es la derivada última de la mala racha que acumula el cuadro aragonés desde principio de enero.

Zapater, como abanderado del vestuario, fue el esperado portavoz del equipo en el primer día de Láinez como máximo responsable del banquillo zaragocista. Y el ejeano habló claro, sin tapujos, a su estilo, directo, a costa incluso de poder excederse en algún caso en sus apreciaciones por pura pasión. Una vez más, ha sido Zapater en estado puro.

"Para mí, como capitán, lo que está pasando es lamentable. Como jugador, si hay tres entrenadores en una temporada... imagínate. No es algo agradable", comenzó describiendo en su particular análisis del presente.

"Está claro que los jugadores somos los culpables de todo esto. Que somos lo que tenemos que sacar las castañas del fuego en el que nos hemos metido. Y que estamos en una situación en la que hay que saber que cada punto es importante, cada partido es una final", señaló a continuación, con la misma fuerza oral.

Alberto Zapater prosiguió con una recomendación que encierra enormes significados por sí sola: "Yo le doy valor a lo que hago, que es esta profesión a la que tenemos que dignificar. Creo que ése tendría que ser el principio básico de cualquiera". Un claro mensaje generalista. Un aviso para navegantes en el seno del vestuario. Porque, de las palabras que el nuevo entrenador, Láinez, ha dicho al equipo en su primer día de trabajo antes del primer entrenamiento como responsable de la encomienda, Zapater solo ha subrayado una premisa: "Nos ha pedido actitud", ha trasladado el capitán. Se está reclamando algo al grupo. "El que habla fuera de lo que sucede dentro del vestuario, creo que no sabe de qué va el fútbol, de qué van los códigos éticos de un vestuario. Creo que eso es sagrado. El que habla... no busca lo mismo que yo", ha remarcado.

Zapater y Cani, los dos veteranos que regresaron el pasado verano al Real Zaragoza para encabezar un proyecto bien distinto al que ha acabado saliendo con el discurrir de los meses, fueron llamados por Láinez, el lunes en su presentación oficial, para "dar todavía un paso más en el liderazgo del equipo" en la frenética lucha por salvar la categoría y, de este modo, al Real Zaragoza de una muerte segura, que vendría de la mano del descenso a Segunda B. Alberto Zapater ha asumido esa sugerencia de Láinez de manera lacónica y convencida: "Sí. Estoy de acuerdo. Uno siempre puede dar más. Seguramente tiene razón", admitió el de Ejea de cara al futuro más inmediato.

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