Un nuevo sistema

Raúl Agné devolvió al equipo contra el Numancia el dibujo con dos delanteros (1-4-4-2) y ayer entrenó sobre ese esquema. "Jugar con doble punta, también se lo comentamos al entrenador, nos ayuda mucho", explica José Enrique.

Raúl Agné organiza las tareas de entrenamiento durante la sesión de trabajo de ayer en la Ciudad Deportiva.
Raúl Agné organiza las tareas de entrenamiento durante la sesión de trabajo de ayer en la Ciudad Deportiva.
Aránzazu Navarro

Al Zaragoza que le ganó al Numancia se le apreció un novedoso giro táctico con el que el equipo incrementó su filo ofensivo y potenció la fluidez y el control con la pelota gracias, principalmente, a la optimización de dos futbolistas de carácter libre y creativo como Cani y Lanzarote.

Raúl Agné sacó a Xumetra de la banda y lo instaló como escudero de Ángel, configurando un singular 1-4-4-2. Este nuevo sistema no lo es tanto. Las mejores versiones del Zaragoza de Agné casi siempre se apoyaron en esa organización táctica: contra Almería, Mallorca o Huesca el equipo alcanzó buenos niveles de fútbol bajo este traje. Primero, con Juan Muñoz asociado a Ángel, y, después, con Dongou como apoyo del máximo goleador.

Sin embargo, Agné no consolidó lo que a su llegada pareció una de sus señas de identidad: la doble punta. Ahora, después de varias fórmulas de 1-4-2-3-1, la ha vuelto a retomar: dos delanteros, esta vez, rápidos y verticales, con Ángel y Xumetra (luego, Lanzarote) viviendo del desmarque y la agitación de la defensa rival. Ayer, durante el entrenamiento, Agné insistió en este camino táctico y trabajó la salida del balón y diferente mecanismos de progresión del juego sobre un dibujo con dos puntas. Ante las ausencias de Xumetra y Ángel, con planes individualizados de trabajo, el técnico reunió arriba a Lanzarote con Samaras.

La vía del 4-4-2 se perfila así como una solución con continuidad. También ayer se conoció que esta decisión de Agné es razón de debate interno en el vestuario entre el entrenador y los futbolistas, algo que José Enrique desveló ayer: "Jugar con dos puntas, también se lo comentamos al entrenador, nos ayuda mucho. Tenemos una manera de jugar algo directa. Ángel es un jugadorazo en la categoría, pero se le veía un poco solo arriba. Tenemos un poco de ‘Ángeldependencia’. Es la verdad, porque necesitamos sus goles".

Mientras Georgios Samaras gana físico y fondo, Raúl Agné cuenta con dos opciones en la primera plantilla para complementar a Ángel. Una la representa Xumetra, apuesta innovadora contra el Numancia, aunque aún está lejos de su mejor punto de forma por culpa de las persistentes molestias que sufre en el tobillo lesionado en la primera vuelta. El gerundense, habitual extremo, ofrece un perfil distinto por dentro, un futbolista para explotar espacios y alargar al equipo. La otra opción es Dongou, quien ya jugó en Huesca con Ángel. Es un delantero con características diferentes, bueno en los apoyos y con oportunismo en el área. También en el filial hay una bala: Raí.

Luis Milla, en momentos puntuales o en su partido de despedida en Valladolid, ya probó el 4-4-2 esporádicamente, casi siempre como medida desesperada. Ya entonces este dibujo táctico se observaba como la salida más natural a la confección de la plantilla. No ha cambiado gran cosa con las variaciones de invierno. Es obvio dónde tiene el Zaragoza a los buenos: los delanteros (Ángel, Dongou, Samaras, antes Muñoz...) y los complementos de segunda línea (extremos y mediapuntas: Cani, Lanzarote y Xumetra, principalmente). Y es también obvio dónde no los tiene: mediocentros o interiores de balón y calidad... Contra el Numancia, el 1-4-4-2 no solo aligeró el ataque, también le dio las riendas del equipo a Cani y Lanzarote como inspiradores. El catalán brilló en su espacio habitual, mientras el zaragozano regresó al sector izquierdo en el que tanto impresionó en su primera etapa o en el Villarreal.

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