Reina volverá a 'pisar' el punto de penalti de la portería de Jerusalén

El portero del Nástic protagonizó en mayo, en la pasada liga, una polémica acción antes de que Lanzarote fallase un penalti en tiempo de aumento.

Dos momentos del lío que provocó Manolo Reina en el partido de la pasada liga en La Romareda entre el Real Zaragoza y el Nástic de Tarragona. En la primera imagen, encarándose frente a frente con Lanzarote cuando éste iba a lanzar el penalti. En la segunda, empujándose con varios zaragocistas que acudieron al ver que se estaba pisoteando el punto de penalti por parte de los jugadores del Nástic.
Dos momentos del lío que provocó Manolo Reina en el partido de la pasada liga en La Romareda entre el Real Zaragoza y el Nástic de Tarragona. En la primera imagen, encarándose frente a frente con Lanzarote cuando éste iba a lanzar el penalti. En la segund
Oliver Duch

Manolo Reina, portero titular del Gimnástic de Tarragona, volverá este domingo al lugar donde el pasado 25 de mayo, al final de la pasada temporada, fue protagonista de una polémica acción que acabó convirtiéndose en coral, con casi todos los futbolistas del Nástic y del Real Zaragoza inmersos en una tangana previa al lanzamiento de un penalti sobre la portería del guardameta malagueño (es natural de Villanueva del Trabuco) de los granas.

Era el minuto 92, ya con el partido concluido prácticamente, cuando la pelota se estrelló en la mano de un defensor del Nástic a la salida de un córner del Real Zaragoza y el árbitro, De la Fuente Ramos, señaló el punto de los 11 metros. Ganaba el equipo catalán 0-1 merced a otra pena máxima, inexistente, que el Mozart del arbitraje español se había sacado de la chistera en la recta final del partido por una mano inexistente de Guitián y que transformó en gol Naranjo. Reina, en un estado de excitación fuera de lo normal, intentó poner nervioso desde el primer momento a Lanzarote, que enseguida agarró el balón para tirar él el penalti.

Se dieron dos secuencias que el joven árbitro vallisoletano no supo sancionar. O no se atrevió dada la trascendencia del partido, ya en puertas del final de la liga, con el Nástic pugnando aún por el ascenso directo a Primera. Una, que Reina se encaró frente a frente con Lanzarote cuando éste esperaba a que aquello se despejara para chutar a puerta, a que De la Fuente Ramos tuviera salero para despejar el área y poner orden en el caos. Le dijo de todo para alterar su talante, cosa que conseguiría viendo cómo el zaragocista lanzó después el penalti por encima del larguero, alto. Y la otra, ese espacio de tiempo durante la masiva discusión de jugadores en el área en el que Reina (y algún otro colega de su equipo) clavó los tacos sobre el círculo de cal para dejar inestable la zona de golpeo de la pelota posteriormente.

Fue un despropósito de principio a fin. Un capítulo feo, carente de deportividad, propio de esos momentos histéricos del final de cada liga, donde quienes se juegan cuestiones mayores son capaces de perder los estribos de manera exagerada e impropia en profesionales cabales, que el resto del año se comportan con absoluta normalidad. Si el árbitro hubiera actuado con rigor, Reina habría sido expulsado en aquellos dos minutos locos. Motivos dio para ello. Al final, para fastidio del Real Zaragoza -quizá histórico, por lo que ocurriría días después en Palamós ante el Llagostera-, Reina se salió con la suya y aquel penalti lo falló Lanzarote y, con él, impidió el empate postrero del cuadro aragonés. Tal vez ése era el punto que luego faltó el último día para poder jugar la promoción.

Aquello que pasó en torno a las 2 de la tarde de una matinal trágica de domingo para el zaragocismo, forma parte ya de la historia reciente del calvario del Real Zaragoza en Segunda División en los últimos años. Y, como estaba cantado por pura lógica, a Manolo Reina le toca volver al lugar de los hechos. Ahí volverá a toparse con Lanzarote, uno de los pocos supervivientes del Zaragoza de entonces. Es cuestión tan natural como inevitable que ambos, especialmente el portero del Nástic, tendrá que afrontar con fortaleza mental, pues todo aquello está muy reciente y no pasará por alto en las gradas y dentro del campo (los Cabrera, Ángel, Dongou, Javi Ros, Lanzarote, tienen todo aún a flor de piel).

El veterano arquero del Nástic, tras estar de baja cuatro meses por una lesión grave ocurrida en pretemporada (se rompió la pierna, doble fractura de peroné, lo que provocó el fichaje urgente en agosto por parte tarraconense del ahora zaragocista Saja), ha vuelto a tener los galones de titular en un equipo que el año pasado acabó 3º y rozó el ascenso a Primera División en la promoción y que, sin embargo, este año ha sido colista prácticamente desde el inicio del torneo. Y el domingo, Reina, si no media algún imprevisto, ocupará el puesto de portero en el cuadro grana, visitante de La Romareda en la 27ª jornada. Son las cosas del fútbol, las cadenas de causas y efectos que cada uno siembra y suele recoger cuando el calendario lo marca. 

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