La salida de Irureta se queda como postre de la llegada de Saja

El argentino viene para retirar la titularidad al vasco, a quien se le ha sugerido su marcha del club, que se intentó incluso antes del fichaje de Saja.

Irureta, en La Romareda.
La salida de Irureta se queda como postre de la llegada de Saja
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Xabier Irureta pudo jugar en Murcia, el pasado sábado, su último partido como zaragocista. Seguramente, en condiciones normales, así tiende a ser. La pérdida de confianza en su aportación al equipo, sentir que se vive en los puestos de mando del club hace muchas semanas, han llevado al área deportiva a buscar, en contra de las previsiones anteriores al mercado invernal de enero, un nuevo guardameta: el argentino Sebastián Saja.


El acuerdo con Saja se alcanzó a mitad de la semana pasada, cuando el portero estaba en Buenos Aires, en donde permaneció tras pasar allí las Navidades una vez se desvinculó del Nástic de Tarragona antes del parón de la liga de fin de año. El veterano arquero de 37 años estaba libre y lejos de España, por lo que había problema en esperar unos días en hacerlo público, dado que su alineación en Murcia era un imposible, por puro sentido común y logística. Simultáneamente, la dirección deportiva y la dirección general -Juliá y Cuartero- tantean desde esos momentos la posibilidad de que Irureta salga de la plantilla antes del día 31. Sería el diseño estratégico más recomendable, aunque son sabedores de la dificultad que tiene ubicar en otro club a un jugador con un alto salario cuyo cartel se ve abollado por la mala primera vuelta llevada a cabo con el Real Zaragoza. 


El ideal era encontrar acomodo a Irureta e, inmediatamente, presentar a Saja, su relevo en el puesto. No ha sido posible, como también se temía. Y, pese a ello, por supuesto, no se ha demorado más el aterrizaje del veterano arquero sudamericano en el seno zaragocista, pues la intención es que debute el próximo domingo ante el Lugo sin más espera. Los tiempos se han invertido. Ahora es Irureta el que tiene una posición incómoda. El vizcaíno ha visto cómo le han traído una competencia de superior rango inicial que, evidentemente, lo va a dejar fuera de juego desde ya mismo. Él debe evaluar ahora esa posición suya -muy desfavorable- dentro del organigrama del vestuario. Y, con arreglo a su análisis, mover ficha en el sentido que crea más conveniente. 


Irureta habló sobre su presente en el estadio de La Condomina de Murcia, al término del partido perdido por 1-0 ante el modesto UCAM. "A mí no me ha llegado nada. Yo estoy centrado al cien por cien en el Real Zaragoza. Y, si me tiene que llegar algo, pues ya me lo comunicará el que me lo tenga que comunicar... pero yo estoy muy a gusto aquí, con el equipo, con los compañeros y con todo", respondió el portero vasco, dejando claro que no va a poner fácil su desvinculación del Real Zaragoza y que, incluso, está dispuesto a permanecer en la plantilla pese a que su rol se vea devaluado a partir de ahora con la llegada de Saja. 


El caso de Irureta ha cambiado de color, de tono, de aspecto, de textura en solo 7 días. En las últimas semanas, era un problema su rendimiento en sí mismo. Se trataba de un motivo de fricción dentro del club entre quienes pensaban que había que seguir confiando en su rehabilitación como portero solvente y quienes consideraban que las oportunidades se le habían agotado ya y, asumido el fracaso de su elección en julio como primer guardameta para el nuevo Real Zaragoza de este curso, había que buscar otro portero nuevo. De ser el portero 'senior' al que Agné le devolvió los galones en detrimento del joven Ratón el día del Oviedo sin que hubiera demasiados motivos para desbancar al canterano ("vino aquí para jugar y tiene que jugar", dijo el entrenador después para justificar su maniobra), ahora va a pasar a ser una pieza prescindible, pues es Saja el nuevo titular del puesto


Este movimiento de altas esferas en el club no es algo secundario, no es un capricho, no puede ser algo superfluo. Saja no viene de turismo e Irureta no puede pensar que, si se queda en el Real Zaragoza, su papel va a seguir teniendo el mismo valor de cambio que durante los primeros seis meses de temporada. 


Así que, en los próximos 7 días, Irureta va a tener un foco permanentemente sobre él dentro del mercado. Lo que se entiende más natural es que se vaya (el Mirandés ha barajado su incorporación, sin ir más allá por el momento, y sus agentes han lanzado bengalas al aire por si surge una puerta abierta en la recta final del zoco futbolístico), pero en el seno del Real Zaragoza también están preparados por si, al final, se juntan en la caseta con Saja, Ratón... e Irureta. Un reparto numerario que, hace solo un par de semanas no se contemplaba por parte de Juliá y que, sin embargo, ahora, empieza a asumirse como posible.

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