Tenerife, otro cruce de caminos para la trayectoria del Real Zaragoza

El equipo de Agné, con las bajas de Cani y José Enrique, necesita ganar para no encarar otra mala dinámica tras la dolorosa derrota ante el Girona hace una semana.

El Real Zaragoza, entrena en Tenerife
El Real Zaragoza, entrena en Tenerife
F.G.

 
Acaba la primera vuelta. Fecha de frontera en el calendario, que se dobla justo por su mitad. Y el Real Zaragoza acomete este importante momento fuera de casa, lo más lejos que dicta el mapa de la actual Segunda División, en Tenerife. Los de Agné podían llegar lanzados al estadio Heliodoro Rodríguez y con la moral por las nubes si hubiesen ganado el pasado fin de semana en La Romareda al Girona. Habrían sido tres partidos seguidos con victoria, una trayectoria magnífica de 9 de 9 y un posicionamiento en la tabla en el ras de los puntos del 4º, pisando terrenos de promoción de ascenso. Pero no es así. El equipo aragonés perdió 0-2 ante los catalanes y eso ha cambiado el paso por completo en esta difícil visita a la isla canaria.


Todo lo que no sea ganar significará una caída en la igualadísima tabla clasificatoria en su franja central. Y eso teniendo en cuenta que el Real Zaragoza arranca la 21ª jornada en la 11ª plaza, una visión poco placentera para todo el zaragocismo que solo alivia ver que la distancia con el primer cajón de promoción está a solo un punto de distancia. Venir de una derrota en casa siempre tiene ese riesgo inevitable de estar a merced de la posibilidad de iniciar una nueva mala racha que, en este caso, como el siguiente partido en también lejos de casa (en Murcia), aumenta la responsabilidad por la dificultad del camino a seguir.


Ese es el alto valor de este choque en Tenerife: evitar una nueva fase de depresión en el equipo y, por derivación, en el entorno. Vivir en tierra de nadie, fuera del paquete de cabeza en una liga tan apelotonada como la Segunda española, es lo que tiene. Igual te puedes ir hacia arriba si enlazas tres buenos partidos, como te hundes en el vagón de cola si esa racha viene torcida. El Zaragoza actual sabe de todas esas experiencias, por lo que citarlas y rememorar sus efectos, los buenos y los malos, no es más que un ejercicio necesario para saber lo que hay en juego en cada momento. Y, esta vez en Tenerife, se trata de marcar tendencia. Al menos, de evitar una recaída en los barros de las crisis.


Agné tiene desde el pasado sábado las bajas de Cani (sancionado) y José Enrique (lesionado para mes y medio), dos pesos pesados del equipo. Dos agujeros en el once inicial que tendrá que cubrir de la mejor manera que pueda. Lo del lateral izquierdo parece tener un arreglo rápido, pieza por pieza, metiendo de nuevo a Casado, el titular en el inicio de la liga. Lo del mediapunta abre muchas más opciones, desde apostar por los dos delanteros dando entrada a Dongou como en Vallecas en el último y exitoso viajes, a darle la titularidad a Xumetra para que Lanzarote se mueva por el centro… El contrapeso positivo lo aporta Marcelo Silva, que regresa tras su partido de castigo por la roja que vio en Vallecas antes de Navidad.


No serán los únicos cambios en el once base de Agné de los últimos días. Irureta, de nuevo en el ojo del huracán, ha vuelto a caer en la previa de un partido en brazos de la enfermedad. Esta vez es un proceso febril con pintas de gripe, así que Ratón, salvo decisión similar a la del pasado sábado ante el Girona por parte del entrenador, tiende a sustituir bajo palos al vasco. Y falta ver si Xiscu conserva su puesto en el bloque de inicio o Edu García regresa al primer plano del equipo.


En definitiva, que en un día tan importante para rematar la trayectoria del Real Zaragoza en su irregular primera vuelta, Agné va a tener que hacerle la cirugía estética al equipo más de lo que le gustaría. Es un día para el fondo de armario y eso, este año, nunca ha traído buenos réditos dada la solvencia mostrada por la plantilla desde agosto (más bien baja, por debajo de las expectativas de sus hacedores).


En Tenerife se sabrá el promedio de puntos que alcanza el Real Zaragoza en el ecuador del torneo. Si a mitad de recorrido se queda en 27, suma 28 o, en el mejor de los casos, se cifra en 30. En cualquiera de los tres casos, la multiplicación por dos no será nunca suficiente como para pensar en aspirar al ascenso. Así que, obviamente, aguarda una segunda vuelta que reclama del equipo aragonés una mejor conducta futbolística y un rendimiento mucho más eficaz si no se quiere desembocar en junio en un nuevo fracaso. Este partido del Heliodoro, por ese valor de terminal de línea, aporta este tipo de evaluaciones anejas que siempre son muy tenidas en cuenta dentro de los clubes y en el vasto abanico de analistas de la competición.


En frente, el Real Zaragoza se encontrará con un Tenerife en ligera mejoría durante el último mes y medio de liga, que tiene sus mismos puntos, 27, pero que posee un mejor diferencial goleador y por ello camina 9º, dos puestos por delante. Un cuadro canario que, en su estadio, aún no conoce la derrota. Eso sí, ha empatado (6) más partidos que ha ganado (4). Un rival de rápidas bandas, de buen bloque defensivo, al que conviene marcar muy de cerca tanto en la generación de los pases en la línea medular como en los espacios libres a las espaldas de los cuatro puntos de la zaga aragonesa. Su verticalidad es el principal peligro para los de Agné.

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