Lanzarote y Cani, armas a afinar durante la semana

El extremo volverá, descansado y reseteado, el domingo ante el Mirandés tras su sanción. El aragonés confía en superar del todo su problema muscular.

Lanzarote y Cani, juntos durante el entrenamiento del Real Zaragoza en la Ciudad Deportiva.
Lanzarote y Cani, armas a afinar durante la semana
HA

Lanzarote y Cani, dos fusiles de alga gama, dos armas clásicas de asalto al área rival, deben ser las grandes novedades el domingo próximo en La Romareda ante el Mirandés (20.00). Ambos estuvieron ausentes en el once inicial del último día, en Mallorca. Raúl Agné debió buscarles alternativas. Edu García debutó como titular por un lado y Alex Barrera se estrenó como falso extremo en el otro. Dos innovaciones que, sin salir mal (al contrario, el rendimiento de los sustitutos fue interesante), no alcanzaron las prestaciones que, en un rendimiento medio, pueden dar Lanza y Cani al equipo.


El extremo catalán, sancionado por cinco amarillas, ni viajó a la isla. El centrocampista aragonés, sí que vivió el choque de Son Moix en primera persona, pero fue suplente a causa de sus mermas físicas heredadas de la jornada anterior, cuando una dura entrada de un rival del Almería le reactivó los problemas musculares en un muslo a través de una fuerte contusión en el otro. Vasos comunicantes, la réplica de un mal en una extremidad por no apoyar bien la otra.


A Lanzarote, esta semana de descanso forzoso (en la que concidentemente ha sido también padre por primera vez) le habrá venido bien en términos físicos. Un jugador de su morfología agradece siempre un reseteo puntual, una toma de oxígeno en cada una de sus células. Venía, además, de unos días de cierto runrún, los últimos de Milla, en los que desde el cuerpo técnico anterior se le apretó para que cambiase su modo de acometer el papel defensivo sobre el campo, algo que concluyó con su sorprendente suplencia en Valladolid.


A Lanzarote se le rogó, con bastante énfasis, que bajase a apoyar al lateral (Isaac o Fran) hasta el área propia. Ese concepto -errado- de solidaridad que, en la inmensa mayoría de los equipos del fútbol mundial, está convirtiendo este deporte en algo mecánico, en una proliferación de equipos clonados, planos, sin imaginación ni lugar a la improvisación de nada ni nadie. Predominan los picapedreros sobre los artistas. Prevalecen los braceros sobre los orfebres. Algo dañino para el espectáculo. Y, claro, Lanzarote crujió. Su fútbol no es ese. Nunca lo fue. Y, con 33 años, es imposible que lo sea. Él es un inventor, un solista virtuoso, un verso libre que necesita aire, espacio, tiempo para elucubrar, siempre con la vista y la mirada puesta hacia delante. Agné así lo entiende y Lanza lo va a agradecer.


Por su parte, Cani tiene ante sí seis largos días para efectuar su puesta a punto correctamente. Sin prisa. Sin la incertidumbre de los tres días previos a volar a Mallorca, donde al final saltó al campo en el minuto 64 y jugó menos de media hora, por lo tanto. En cuestiones médicas, no hay nunca predicciones infalibles. Todo está abierto y depende, tanto del daño en sí, como del propio paciente. Lo normal es que Cani llegue muy mejorado al fin de semana. Pero no cabe darlo por sentado a fecha de lunes. Las sensaciones personales del '8' blanquillo irán dando pistas de su evolución.


Pero, si Agné recupera a estas dos piezas de armamento ofensivo bien engrasadas, el éxito ante el Mirandés ganará muchos enteros. Serán dos de los principales focos de atención de la semana que arrancó este lunes con el día de fiesta en el vestuario.

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