Milla cavila cómo alargar la atención del minuto 60 al 90

Si los partidos hubiesen acabado a la hora de juego, el Real Zaragoza hubiese ganado en Lugo, Soria y Sevilla. Ahí asoma un mal grave a remediar.

Luis Milla se acerca al grupo durante el entrenamiento de este viernes en la Ciudad Deportiva.
Milla cavila cómo alargar la atención del minuto 60 al 90
Aránzazu Navarro

Luis Milla y sus ayudantes, Luis Cembranos y Miguel Gandía, estudian desde hace días de dónde proceden los males que derrumban al Real Zaragoza fuera de casa en la fase final de los partidos. ¿Es cuestión mental, como asume ya todo el mundo en el vestuario? ¿Hay algo de déficit físico puntual en dicho comportamiento? ¿Se trata del efecto secundario del perfil de los componentes del equipo, cuyo fuelle y resistencia no es un punto fuerte en muchos casos? ¿Es algo puramente casual?


Lo cierto es que hay un dato impresionante que, por evidente y rotundo, está sirviendo como base del trabajo de reparación de las carencias del equipo a domicilio. El Real Zaragoza salió muy lastimado de tres de sus desplazamientos, donde anduvo en ventaja en momentos cruciales de cada choque y acabó volteado por los rivales de manera clara e imposible de responder por su negativa actitud anímica. Fueron los casos de Lugo, Soria y Sevilla. En campo lucense, el Zaragoza ganaba 1-3, tenía al rival muerto y le dio vida hasta el 3-3 final a falta de 20 minutos. Ante el Numancia, los de Milla perdieron la ventaja de 0-1 hasta acabar derrotados por 2-1, hecho gemelo al que ocurrió 15 días más tarde ante el Sevilla Atlético en el Pizjuán.


Si esos partidos hubiesen concluido en torno a la hora de juego, sobre el minuto 60, el Real Zaragoza los habría saldado con tres magníficas victorias. Nueve puntos de oro que lo tendrían en lo alto de la tabla. Unos triunfos que, pese a la espesura de su juego -que no es ágil ni plástico-, tuvieron los zaragocistas encarados, al ser capaces de adelantarse merecidamente en el marcador. Porque, en ningún caso, cupo pega o favor discutible de nadie. Todas esas ventajas llegaron en buena lid, en acciones de listeza, de acierto y pundonor en remates y asistencias de Ángel, Lanzarote, Cabrera, Zapater o Juan Muñoz como protagonistas principales de los tantos de esos días. 


Pero todo el buen trabajo puesto en escena -con sus grumos e imperfecciones propias del momento temprano de la campaña- en esos primeros 60 minutos de Lugo, Soria y Sevilla, acabó derramado por el sumidero del fracaso en los últimos 30 minutos en cada uno de los casos. Los posibles nueve puntos se quedaron en uno, el agrio del Anxo Carro del primer viaje del curso. Una merma inexplicable si se apagan los vídeos de los tres partidos al cuarto de hora del segundo tiempo. 


Luis Milla admite con sensatez este serio problema y apunta a ese dato como punto de posible mejora a partir de Valladolid. "Intento convencerlos, porque nos hemos dado cuenta ya de que no nos vale con 50, 60 o 70 minutos bien jugados fuera de casa. Eso no te vale porque fuimos a Lugo, a Soria y a Sevilla y nos remontaron. Haces las cosas bien hasta ahí, hasta ese momento, pero luego no eres capaz de aguantar el resultado. Así que vamos a ver si somos capaces de darle continuidad a lo bueno hasta el final, durante los 90 minutos. Posiblemente, esa es la asignatura pendiente que tenemos todos, los jugadores y los técnicos", expone el turolense en su razonamiento previo al viaje a Zorrilla. "Es una autocrítica, porque es un problema claro que tenemos que solucionar", concluye su tesis. Probablemente, del éxito en esta reparación tan concreta y señalada, dependa la reacción del Real Zaragoza a partir de este domingo en Valladolid.

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