El día que el zaragocismo pidió la expulsión de Marcelo Silva

El central uruguayo, el curso pasado en el Valladolid, mantuvo una dura disputa con Pedro en el choque que ganó el Zaragoza en Zorrilla en abril por 1-2.

Marcelo Silva, con la camiseta del Valladolid el pasado mes de abril, hace falta a Dongou en una disputa del balón en el partido jugado en abril en Zorrilla. El Real Zaragoza ganó 1-2.
El día que el zaragocismo pidió la expulsión de Marcelo Silva
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Marcelo Silva, el fornido defensa central uruguayo del Real Zaragoza, será pieza clave del pretendido éxito de los aragoneses en Valladolid este domingo al mediodía. Su aportación en las labores defensivas, junto a su paisano Cabrera, pasa por ser uno de los soportes básicos de cualquier triunfo blanquillo fuera de casa. Pero el modo en el que lo va a ver el zaragocismo en este partido del estadio de Zorrilla no tiene nada que ver a cómo lo analizó, evaluó y calificó en el mismo choque de la liga pasada.


En primer lugar, porque entonces (abril), Marcelo Silva militaba en el equipo rival, los vallisoletanos. Y, en segundo término, porque el charrúa fue protagonista de un duro y enconado enfrentamiento particular con Pedro, entonces extremo del Real Zaragoza, que acabó como el Rosario de la Aurora y en sentido contrario a la lógica por culpa de un pésimo arbitraje del cántabro Cordero Vega.


Esta vez, Marcelo Silva será uno de los baluartes para la hinchada zaragozana, un puntal del que se desea contundencia, eficacia y seguridad máxima en la defensa de la portería aragonesa. El año pasado, por el contrario, este mismo futbolista fue objeto de una crítica ácida a posteriori por parte de los seguidores zaragocistas, visto su comportamiento en el césped de Zorrilla. Y eso que, su 'affaire' con Pedro, quedó en anécdota secundaria al concluir el partido con una ilusionante -aunque luego inútil- victoria del Real Zaragoza por 1-2, ya en la recta final de la liga precedente.


En ese duelo del curso pasado, Marcelo Silva debió ser expulsado. Pero el árbitro santanderino Cordero Vega (el mismo que pitó el último día en La Romareda ante el Elche) lo indultó hasta en tres ocasiones ante la desesperación de los jugadores del Real Zaragoza. Cómo sería de descarado el asunto que el propio entrenador del Real Valladolid, entonces Miguel Ángel Portugal, se apresuró a retirar del campo a Marcelo para evitar quedarse con 10 hombres al ver, con asombro, que el colegiado le perdonaba en dos minutos dos clarísimas tarjetas amarillas (cuando ya llevaba una previa) en acciones que rayaban el juego violento.


En efecto, el ahora central zaragocista se lío con Pedro desde el final de la primera parte. Los comentarios ad hoc del zaragocista -especialista en 'comer la oreja' a los rivales en días calientes- derivaron en un cruce de cables de Marcelo Silva al borde del descanso que tuvo su continuidad nada más comenzar el segundo periodo. Ni el descanso sirvió de bálsamo en este caso. Córdero Vega sacó la amarilla al zaguero uruguayo en el minuto 42. Ahí sí. Pero ya no quiso expulsarlo después pese a lo flagrante de sus dos entradas fuera de tono, en medio campo, sobre el incordiante Pedro.


Marcelo golpeó por detrás a Pedro en un balón insustancial en la línea medular en el minuto 52. Se pidió la segunda amarilla y, por ello, la roja para Silva por parte de todos los zaragocistas. Lejos de atenuar su actitud, tal vez viendo que el árbitro no estaba por la labor de dejar al Valladolid en inferioridad numérica, Marcelo Silva levantó la pierna de manera peligrosa en una entrada en plancha a la altura de la cintura de Pedro en el 56. Otra amarilla cristalina que Cordero Vega se tragó inexplicablemente. Los zaragocistas bramaron incrédulos, sobre todo porque un minuto antes, precisamente a Pedro -que ya andaba descentrado por esta serie de despropósitos arbitrales- sí que le había sacado la amarilla por algo menos evidente. 


Miguel Ángel Portugal hizo sacar a su delegado la tablilla electrónica con el dorsal 4, casi sin que su sustituto hubiese calentado. En el minuto 57, segundos después de este nuevo lío, Marcelo Silva fue enviado a la ducha por su entrenador, supliéndolo por Samuel. No quedó ahí la historia de aquel rusiente episodio.


Al Valladolid, la historia pareció salirle bien en esos momentos. Portugal, con su movimiento urgente de fichas, logró mantenerse con once jugadores sobre el campo. Pero, al final, el que ganó parcialmente el duelo fue Pedro y, con él, el Real Zaragoza. Todo porque, cuando el rifirrafe con Marcelo Silva alcanzó su punto mál álgido, el marcador era 1-1 (Lanzarote había marcado al inicio y Manu del Moral empató en el 39) y, justo cuando el uruguayo fue sustituido, fue precisamente Pedro el que anotó el 1-2, que acabaría siendo definitivo. Fue la particular venganza de todo aquello por parte del '15' zaragocista.


Y, para que el guión rematase con un final de esperpento, Cordero Vega puso su particular guinda, su anómala rúbrica a la historia: en el minuto 77, expulsó a Pedro al mostrarle la segunda amarilla en una nimiedad. Todo lo que le había perdonado a Marcelo Silva, con un descaro inusual, durante varios minutos de duras entradas y actitud beligerante, no tuvo un trato similar en la figura del jugador zaragocista. Así que, el equipo que debió jugar medio partido con uno menos, el Valladolid, acabó con once, y el Real Zaragoza, que soportó la dureza de Marcelo Silva hasta fuera de los límites reglamentarios, fue el que terminó el último cuarto de hora con uno menos.


Una curiosa retrospectiva que, en seis meses, ha quedado totalmente en el recuerdo y es imposible de repetir. Pedro ya no está en el cuadro zaragocista. Cordero Vega no será el árbitro esta vez en el Real Valladolid-Real Zaragoza del nuevo torneo liguero. Miguel Ángel Portugal ya no entrena a los pucelanos. Y Marcelo Silva, el principal protagonista de aquellas escenas, ya no viste de blanquivioleta: ahora es uno de los elementos más relevantes del once inicial del Real Zaragoza. 


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