"Si piensas que estás en la guillotina, es difícil trabajar"

Luis Milla afronta el partido contra el Elche con serenidad y confianza en que el equipo revertirá su mala dinámica. El técnico turolense agradece los apoyos y el respaldo recibidos desde la plantilla en los últimos días.

Un pensativo Milla, en el entrenamiento de ayer.
Un pensativo Milla, en el entrenamiento de ayer.
Aránzazu Navarro

Luis Milla se encuentra al borde de su primera frontera como entrenador del Real Zaragoza: una derrota este domingo contra el Elche complicaría su futuro como técnico del conjunto aragonés, tal y como se entiende en el club, donde ha empezado a cundir la preocupación por la dinámica del equipo. Mañana, el Zaragoza recibe al Elche después de cuatro jornadas sin victorias y un fútbol alicaído. No cabe decir aún que Milla está ante un ultimátum, pero sí camino de él si la situación no se revierte. Como es obvio, estos puntos ocuparon su intervención de ayer en la rueda de prensa previa al partido contra los ilicitanos.

Los apoyos del equipo

Avisó Luis Milla que no se perdería en su cuestión personal y que su discurso prefería focalizarlo en la cita contra el Elche. Aun así, el técnico no abusó del regate. Le dio voz a varias reflexiones sobre su situación, delicada y deteriorada por los resultados, y por el sentimiento de preocupación que se ha activado en determinados frentes del club. "Las críticas se asumen, pero yo lo que quiero es hablar de fútbol y del Elche", arrancó el entrenador, con quien la plantilla ha cerrado filas esta semana. Cani, José Enrique… futbolistas expertos, con cicatrices de crisis de entrenador. Todos han apoyado y guarnecido a Luis Milla.


"Agradezco a los jugadores lo que dijeron en público, que lo expongan y lo digan. No tengo ninguna duda de que están con el cuerpo técnico y con la idea. José Enrique y Cani lo explicaron muy bien. No es cuestión que le dé yo la vuelta otra vez", señaló el entrenador.

Los tambores del despido

Una derrota contra el Elche acercaría a Milla al precipicio. Serían cinco jornadas sin victorias y la creciente sensación de que ciertos apoyos se le agotarían en el club. Su caso está sobre la mesa fruto de la dinámica incierta del equipo. Aun sin estar claro que el problema del Zaragoza sea un problema de entrenador, el peso de los resultados siempre cae a plomo sobre la misma figura en primer lugar. "Si piensas que en todos los partidos estás con la guillotina, es difícil trabajar. No es lo mejor. En todos los proyectos, necesitas estabilidad. Yo pienso en el día a día, en mejorar a mi equipo, en ser mejores, en dar una vuelta de tuerca fuera de casa… Si ya desde las jornadas 7 u 8 piensas que estás en una final siempre… Eso no es lo mejor ni para el entrenador ni para el club. Al final, no tienes estabilidad", argumentó.Confianza en la plantilla

Milla calcula bien sus palabras y pocas veces deja alguna rugosidad en su mensaje. Es claro, transmite serenidad y control y refleja bien que es alguien que ha nacido y crecido dentro del ecosistema del fútbol profesional. Casi nada le coge por sorpresa. Ni siquiera el Real Zaragoza y el caldo de cultivo sobre el que se agita. "Yo tengo tranquilidad y confío en el equipo. En casa, funciona bien, va a competir y dar buena imagen. La gente nos está apoyando y la insto a que siga igual. Con ayuda y apoyo, es la única forma de sacar esto adelante. Necesitamos gente unida. Y cuando hablo de gente, me refiero a todo: equipo, aficionados, personas alrededor, entorno...", explicó Luis Milla.


Esta solicitud obedece a unas razones: "Hay mucha exigencia y es un club difícil. Si no somos capaces de estar unidos será complicado. Hay que sufrir, como dijo Cani, porque la situación del Zaragoza no es fácil. Esto es muy largo, y yo no tengo duda de que al final el equipo estará entre los seis primeros clasificados peleando".

La moral de la tropa

En una semana en la que la lupa se ha fijado sobre la figura de Luis Milla, el estado de ánimo de la plantilla ha pasado desapercibido. El equipo está sumergido en una situación de tensión que se hace palpable en los partidos de fuera de casa: cualquier adversidad es recibida como una bofetada definitiva. Lo contaba Cani está semana: "Nos marcan y nos venimos abajo". Sin embargo, fuera de esos escenarios en los que el temperamento, la personalidad y el genio del equipo se ponen a prueba, los futbolistas, según Milla, transpiran normalidad, motivación y hambre.


"La plantilla está bien. Saben que en casa son fuertes. Ya se ha visto lo firmes que fueron sobre las dudas acerca de su entrenador. Están convencidos y trabajando bien. Estos jugadores se dejan la vida entrenando. El grupo es muy positivo, tiene armonía. Al final, van a estar entre los seis primeros", insistió Luis Milla.

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