Conjura en el equipo para seguir firmes en La Romareda

Los futbolistas del Real Zaragoza han hecho piña con el entrenador y el domingo buscarán salir de la crisis con la cuarta victoria como locales.

Los futbolistas del Real Zaragoza, en la mañana de este miércoles en el entrenamiento matinal.
Conjura en el equipo para seguir firmes en La Romareda
José Vidal

"No se están haciendo las cosas tan mal como se está diciendo". Es una de las frases que lanzó José Enrique al aire el martes, como portavoz del vestuario del Real Zaragoza. Se trata de un pensamiento generalizado en la caseta blanquilla. Existe cierto asombro por cómo ha desembocado la mala racha de cuatro partidos seguidos sin ganar que ha enlazado el equipo (tres fuera de casa, uno solo en La Romareda). En el grupo no se concibe que, a estas alturas, Luis Milla pueda estar tambaleándose en su puesto de entrenador.


Esa frase de José Enrique no es suya. Es común al resto. Fuera de los micrófonos, la repiten todos los componentes del equipo. "No hay que ser dramáticos", recomendó asimismo en lateral valenciano desde el corazón del vestuario. También es un grito al unísono de los futbolistas zaragocistas a la afición, al nervioso entorno. El maremagnum de dudas que surgió tras la dolorosa derrota ante el Sevilla Atlético en la noche del sábado, clonada en el formato de la que había ocurrido 15 días antes en Soria ante el Numancia, ha provocado una especie de conjuro dentro del bloque de profesionales del Real Zaragoza.


Con el capitán, Alberto Zapater, a la cabeza, secundado por los veteranos del equipo -Cani, José Enrique, Xumetra, Lanzarote, Marcelo Silva, Cabrera-, se ha generado una piña que circunda al equipo y que buscará una victoria diferente, llena de contenidos extras, ante el Elche este domingo próximo en La Romareda (12.00). Han convertido ese deseado triunfo en un reto mayor, un logro que restituya su autoestima y diluya de un plumazo los resquemores que se han extendido en relación a la calidad de la plantilla y a la capadidad de Milla en su dirección.


"Estamos muy cerca de los puestos de promoción (el equipo es 8º) y jugamos en casa. Ganando, volveremos a estar arriba", apuntó José Enrique. La tesis tampoco es suya. Es de todos. Es un lema que está colgado en las paredes de la Ciudad Deportiva. "Ganando al Elche, nos meteremos de nuevo entre los seis primeros y veremos que no es tan grave lo que está sucediendo", se vaticina desde las entrañas del equipo.


Nadie esconde la deficiente solvencia que está mostrando el Real Zaragoza fuera de casa. Sería de ilusos. Algo desesperante que también genera quebraderos de cabeza a los propios futbolistas. Pero ellos quieren subrayar ante la afición y la opinión pública que, en La Romareda, el equipo tiene unos números positivos muy a tener en cuenta. Han ganado tres de los cuatro partidos disputados como locales y, en el último, se dejó ir un empate con muy mala fortuna y el perjuicio evidente del árbitro. 


Por eso, la plantilla considera que la medicina perfecta para reparar el lío que se ha montado esta semana tras lo de Sevilla es ganar al Elche y poder presentar ante todo el mundo un balance en La Romareda cercano al sobresaliente: serían cuatro victorias de cinco choques disputados y un empate. Un rédito de 13 puntos de 15 en campo propio. Algo de lo que presumir y que serviría de acicate para arreglar cuanto antes el decaimiento que sufren cuando se desplazan a jugar lejos de casa. Este es el estímulo que se han marcado los futbolistas del Real Zaragoza en un momento delicado.

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