El Zaragoza repite la catástrofe de Soria y cae ante un filial

Los de Milla desperdiciaron el 0-1 de Juan Muñoz en un final de partido lleno de inacción y carencias graves.

El Real Zaragoza visita el Sánchez Pizjuán
El Real Zaragoza visita el Sánchez Pizjuán
LFP

Alarma roja. Y no por el estreno del uniforme de ese color que llevó a cabo el Real Zaragoza ante el filial del Sevilla. La derrota ante los juveniles muchachos sevillistas, por su propio ser y por el modo en el que se produjo, sume al equipo de Milla en una crisis severa. Tanto de resultados, rentabilidad y solvencia, como de identidad como equipo. Tras unos primeros 45 minutos con poca sustancia, Juan Muñoz adelantó a los zaragocistas nada más iniciarse el segundo tiempo. Los aragoneses pudieron sentenciar en ese tramo, con varias llegadas de peligro ante Caro. Sin embargo, su ventaja les duró solo 7 minutos, como en el anterior desplazamiento a Soria. Y, poco después, llegó el 2-1 y el desastre tomó forma. Al final, el paladar que el zaragocismo sacó de este triste episodio de Sevilla, el enésimo, es el más amargo posible a estas alturas de competicion.


El choque comenzó con unos tremendos agujeros en la defensa zaragocista, que patrocinó hasta dos mano a mano ante Irureta que bien pudieron decantar el partido muy pronto a favor de los jóvenes sevillistas. El primero, en el minuto 6, tras tocarlo Irureta, se fue al palo y a córner. El segundo, en el 12, lo malogró Ivi porque de nuevo Irureta estuvo sensacional de reflejos. Cabrera y José Enrique, los centrales, fueron rebasados a sus espaldas preocupantemente en esta fase inicial. El Real Zaragoza no mandaba, no tenía la pelota, y los andaluces, doblando las bandas con sus laterales, llevó mucho peligro al área aragonesa durante el primer cuarto de hora.


El Zaragoza espabiló en una jugada de Juan Muñoz, que se metió hasta el palo y su centro-chut lo rechazó como pudo el portero Caro. Fue como un resorte que apagó la iniciativa local. En el minuto 18 llegó la jugada más polémica de la noche, un penalti monumental del portero sevillano sobre Ángel, al que arrolló por detrás en el rincón del área en un balón dividido. El árbitro (y su linier, que lo vio de forma cristalina) lo sacó un palmo fuera del área ante el enfado monumental de los, esta vez, tomates. Ya no se sabe bien qué tiene que suceder para que al Real Zaragoza le señalen una pena máxima a favor. Es desesperante la sensación.


El equipo de Milla pareció ponerse las pilas en esa fase central del primer periodo. Morán estuvo más ágil que otros días en la distribución. Lanzarote bajaba a apoyar en la creación. Ángel y Muñoz, a modo de 4-4-2, hacían dupla en la vanguardia en busca de espacios y balones de peligro. Fue precisamente el sevillano Juan Muñoz el que rozó de nuevo el gol, con un quiebro en el área a Bernardo y un disparo raso que se colaba y al que respondió el guardameta Caro con un paradón a ras de suelo.


La defensa zaragocista se entonó, con el debutante José Enrique ejerciendo de veterano, mandón, ordenando a los demás. Lástima que Javi Ros no encontró, un día más, la sintonía del choque y que Morán y Zapater tampoco llegaron arriba con celeridad en ningún contragolpe. El equipo estuvo muy largo, a merced del acierto de los desplazamientos largos, siempre una lotería. Isaac subió la banda con cierto criterio y, en un apoyo con Lanzarote, gestó un centro del catalán que Ángel remató en semichilena alto por muy poco en el minuto 32. Otra ocasión clara perdida.


El propio ariete tinerfeño intentó una vaselina de lujo en un ataque generado por Muñoz con un pase al hueco. Caro, adelantado, corrió hacia atrás desesperado. Para infortunio del Real Zaragoza, el toque de Ángel fue demasiado fuerte y la pelota se fue por encima del larguero. Era el minuto 35. De ahí al descanso, el cuadro zaragocista siguió mandando, con cierto desorden en el toque del balón, y forzó un par de córners y dos centros al área de Lanzarote que no hallaron rematadores.


Fue un primer tiempo como tantos otros. Con grumos, con errores defensivos de bulto al principio. Con dificultades en la creatividad, sin ninguna plasticidad en el fútbol de los zaragocistas. Y, lo que fue peor, sin gol. Con las llegadas al área de Caro que lograron hilvanar los de Milla, algún tanto debieron cobrarse antes del intermedio. Todo quedó abierto para el segundo acto.


Nada hacía presagiar lo que ocurrió al final cuando, en el minuto 10 de la reanudación, Juan Muñoz marcó el 0-1 tras un gran pase de Ángel. Los aragoneses habían amagado el tanto antes, con disparos peligrosos de Zapater, Ángel y el propio Muñoz. El Zaragoza había salido activado del vestuario y el Sevilla B parecía ido. Pero, no se sabe bien por qué, de repente, el equipo se le fue de las manos de nuevo a Milla. Como en Soria. La misma película de miedo. En 7 minutos -como en Los Pajaritos- el partido se puso 1-1 tras un error en cadena facilitado por un mal despeje de Isaac. Y el Zaragoza se hundió en sus conocidas miserias fuera de casa. En apenas diez minutos más, el sevillista Ivi (autor de los dos tantos) ponía el 2-1, esta vez tras un error grosero de Morán en un despeje franco.


De tener el partido ganado y amarrado, se pasó al desastre mayúsculo. Los andaluces jugaban con mucho espacio, como motos. Los zaragocistas no llegaban a ninguna pelota, iban al ralentí. Milla movió el banquillo en vano. Ni el reaparecido Xumetra, ni luego Barrera y Fran, reanimaron al muerto. El reloj empezó a correr al galope y nadie echó el balón al suelo. Nadie mandó. Nadie organizó la más mínima reacción. Se clonó el hundimiento de Soria. Una fatalidad que denuncia la cristalina regresión del Real Zaragoza que comenzó la liga. Todo lo contrario de lo que manda la lógica.


Perder un partido así de plácido, frente a un adversario tan blando al que el Real Zaragoza tenía tumbado en la lona (mismo efecto que en Lugo en su día) a falta de media hora, es un pecado mortal. Un hecho que anuncia malos tiempos, por fuerza. No caben enfados, ni pataletas, ni raquetazos a la crítica. La actitud del equipo zaragocista a domicilio no es admisible si lo que se pretende es estar en la zona alta. La reincidencia en el error, la insistencia en la mala práxis sobre el césped, es ya una cuestión mayor. Por supuesto, el equipo se despeña en la clasificación.

Ficha Técnica


Sevilla Atlético: Caro; Carmona, Diego González, Bernardo, Matos; Yan Brice, Fede San Emeterio (Schetino, 60); Curro, Borja Lasso, Ivi (Cris tian González, 83); y Pozo (Borja San Emeterio, 92).


Real Zaragoza: Irureta; Isaac, Cabrera, José Enrique, Casado; Zapater, Morán (Alex Barrera, 74), Javi Ros (Xumetra, 63); Lanzarote (Fran, 74), Ángel; y Juan Muñoz.


Árbitro: Alberola Rojas (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Lanzarote (20), Yan Brice (60) y Borja Lasso (93).


Goles: 0-1, min. 55: Juan Muñoz. 1-1, min. 62: Ivi. 2-1, min. 73: Ivi.


Incidencias: Tarde-noche muy calurosa en Sevilla, con 30 grados al inicio del partido. El césped presentó un estado impecable. En un Sánchez Pizjuán con casi 43.000 butacas de aforo, la asistencia fue de 7.130 espectadores, todos ubicados en la tribuna principal, ya que el resto del estadio no se abrió al público.

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