Marcelo Silva, sancionado

El Comité de Competición, con un día de diferido, suspende al central del Real Zaragoza tras un error formal del árbitro.

Encabezamiento del fallo del Comité de Competición de este jueves sobre la sanción a Marcelo Silva.
Encabezamiento del fallo del Comité de Competición de este jueves sobre la sanción a Marcelo Silva.
RFEF

Con un día de diferido, el Comité de Competición ha terminado por sancionar a Marcelo Silva, central del Real Zaragoza, con un partido de suspensión tras computar la tarjeta amarilla que vio el futbolista en el último partido ante el Córdoba y que es la quinta de su ciclo particular. La resolución quedó aplazada el miércoles como consecuencia de un recurso emitido por el club aragonés basado en un defecto de forma en la redacción del acta del árbitro, el atribulado gallego Pérez Pallas, que ha requerido una rectificación de éste a posteriori y que ha puesto en evidencia su mala práxis, no solo en el campo (donde se inventó un penalti en contra el Real Zaragoza, a la postre decisivo para el marcador final, 1-1), sino también en los detalles posteriores al propio partido.


El Real Zaragoza argumentó en sus alegaciones que Pérez Pallas escribía en su acta (se supone que cotejada con sus dos asistentes de banda y con el cuarto árbitro) que Marcelo Silva había sido amonestado en el minuto 47 del choque ante el Córdoba -minuto 2 de la segunda parte-, cuando ese hecho aconteció mucho más adelante, en el 61. El departamento jurídico de la SAD zaragocista esgrimió que "no consta que en el minuto 47 se produjera acción alguna por el jugador, que motivara una tarjeta amarilla por derribar a un contrario en la disputa del balón", como narra el árbitro vigués en el documento oficial del evento. Y adjuntaba un vídeo con imágenes de esa primera fase de la segunda mitad que evidencian el razonamiento.


Los jueces de Competición, ante tal circunstancia, se pusieron en contacto en la tarde del miércoles con Pérez Pallas para advertirle de su error y solicitarle por escrito una explicación que acabó siendo una rectificación, asumiendo su yerro en el apunte donde refleja el minuto de la amarilla a Marcelo Silva. Con ese anexo en la mano, dicho comité ha adoptado el fallo que, en principio, podía presumirse: sancionar a Marcelo Silva -con unas horas de retraso- una vez puesto de manifiesto el error de forma cometido en su responsabilidad de escribir un acta y no dando salida posible a los argumentos jurídicos expuestos por el Real Zaragoza.


En su resolución, los miembros de Competición destilan cierto desdén respecto de la queja del Real Zaragoza, en su segundo épigrafe, que dice lo siguiente: "No habiendo quedado desvirtuada la presunción de veracidad del acta arbitral, debe confirmarse la amonestación del jugador Don Marcelo Andrés Silva Fernández que, tal y como ha aclarado el árbitro del encuentro, se produjo en el minuto 61. De aceptarse la forzada tesis de que ni el propio jugador, ni el entrenador, ni el delegado, ni, en fin, nadie recordase que la amonestación en cuestión no se produjo nada más comenzar la segunda parte (minuto 47: como, por error, de transcripción figuraba en el acta), sino bien avanzada la segunda mitad (en el minuto 61), quizá hubiera sigo menos laborioso para el Real Zaragoza, SAD, ante su “extrañeza”, mirar algunos resúmenes del encuentro en cualquier medio de comunicación y constatar que aparece dicha amonestación en el minuto 61 del partido, en lugar de detenerse a seleccionar y aportar unas imágenes en las que obviamente, por más que se visualicen, no figuraba la infracción del artículo 111.1.a) del Código Disciplinario de la RFEF cometida por el aludido jugador en otro momento distinto y distante del partido".


Sea como fuere, la iniciativa del Real Zaragoza ha retratado la falta de atención y rigor de algunos árbitros a la hora de cerrar su actuación en cada partido con la redacción de las actas. No tanto en cuestiones sintácticas, morfológicas u ortográficas, sino en puntos relevantes como es el minutaje de los acontecimientos que se narran en las mismas o la peculiar manera de explicar sus conductas en sanciones u 'otras incidencias', algo que, curiosamente, está tocando muy de cerca al club zaragocista en las últimas semanas. En el caso que concurre, Pérez Pallas y sus otros tres compañeros de partido en La Romareda no prestaron ninguna atención al error en el minuto de la amarilla a Marcelo Silva. Puede que uno se confunda, pero los otros tres deberían reparar el marro en el mismo vestuario para evitar situaciones como la que ha tenido lugar en este caso. Puesto en evidencia ha quedado el gallego de tal circunstancia.

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