Este martes, 27 de septiembre, Cesary Wilk pasa por el quirófano por segunda vez en 11 meses para reparar el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. El centrocampista polaco es operado en la Clínica Fremap de Majadahonda (Madrid) a lo largo de la mañana por decisión del propio futbolista (el año pasado, fue intervenido en Zaragoza). Wilk se rompió de nuevo la articulación en un lance del entrenamiento previo al partido de la pasada semana en Tarragona, el lunes 19.

Tras la intervención quirúrgica, los cirujanos emitirán el diagnóstico definitivo sobre el periodo de recuperación del jugador de Varsovia. Un tiempo de baja que no será inferior a los 8 meses, entre que supera la larga fase de readaptación de la nueva plastia y consigue, paso a paso y con suma precaución, volver a coger la forma física y la pérdida del natural miedo a golpear el balón e ir al choque que asoma tras un daño tan severo como el que tiene Wilk. La temporada para el polaco ha concluido prácticamente con toda seguridad.

Una vez concluya la operación, el Real Zaragoza tendrá en su poder el certificado médico necesario para solicitar a la Liga de Fútbol Profesional el fichaje, en periodo extraordinario, de un sustituto. Un documento que debe acreditar el carácter del 'lesión grave' (superior a cinco meses de baja médica) para dar vía libre a un nuevo contrato aunque el mercado esté cerrado. El futbolista que pueda venir al Zaragoza por esta vía deberá estar, bien en el paro, o bien militar en algún equipo de la liga española, en Primera o Segunda División. El gasto permitido será del 80 por ciento de la ficha del lesionado Wilk -el tiempo que le faltaba por cobrar, alrededor de 9 meses y medio-, cantidad que roza los 200.000 euros como máximo, que serían repercutidos en el presupuesto de gasto del Real Zaragoza en la temporada que viene (la 2017-18) y no en la actual.