Cezary Wilk fue apartado de la citación de 18 hombres para el partido que el Real Zaragoza disputa este martes en Tarragona como consecuencia del dolor que le generó en la rodilla derecha un fuerte golpe que recibió durante el entrenamiento de la tarde del lunes en la Ciudad Deportiva. La decisión fue tomada entre la cautela, la prevención y, también, unas gotas de temor, al tratarse de la articulación que Wilk se rompió hace 11 meses y por la que se perdió prácticamente toda la pasada temporada.

El centrocampista polaco se queda de este modo en casa, a la espera de observar la evolución de este inoportuno golpe en uno de sus puntos más vulnerables. Wilk sufrió la rotura de los ligamentos cruzados en octubre de 2015 en el campo de Montilivi, en el partido de liga que jugó el curso pasado el Real Zaragoza en Gerona y hasta la reciente pretemporada no ha podido volver a jugar sin molestias en la zona dañada. Por eso, ante cualquier eventualidad que se refiera a dicha articulación, la postura es siempre de máxima alerta.

Al caerse Wilk de la lista de convocados, Luis MIlla decidió incluir a Morán, pese a que el proceso de rehabilitación del vasco tras la rotura muscular en la zona inguinal que sufrió hace 12 días tras su participación en el partido de Copa ante el Valladolid está todavía en una fase demasiado corta y suena a precipitada su vuelta al equipo.