El Zaragoza debe pedir la autoría del 1-0 al Alcorcón para Lanzarote

El árbitro, Ais Reig, se lo adjudica en el acta a David Rodríguez en propia puerta, pero la falta que lanzó el zaragocista iba a portería y el tanto debe ser suyo.

Manu Lanzarote se dispone a lanzar la falta que supuso el 1-0 ante el Alcorcón, un gol que el árbitro le birla en el acta.
Manu Lanzarote se dispone a lanzar la falta que supuso el 1-0 ante el Alcorcón, un gol que el árbitro le birla en el acta.
Guillermo Mestre

El acta del árbitro alicantino Ais Reig le birla la autoría del primer gol a Manu Lanzarote. El documento oficial dice que el goleador zaragocista solo marcó un tanto, el segundo de córner directo, porque el primero se lo adjudica al alcorconense David Rodríguez en propia puerta. Esta circunstancia rompe el doblete de Lanzarote ante los madrileños de manera aleatoria e injusta. Dados los precedentes y ante la obviedad de lo sucedido (las imágenes son indiscutibles), el Real Zaragoza debería reclamar oficialmente la autoría del primer tanto para su jugador, que es el pichichi de la categoría después de los primeros cinco partidos con seis dianas. 


Porque el primer gol, de falta directa, es de Lanzarote. Cierto es que, su disparo a portería, toca en la cabeza de David Rodríguez y que desvía ligeramente la trayectoria de su chut. Pero eso es tan cierto como que el lanzamiento del extremo zaragocista iba directo a los tres palos. Y eso es, desde siempre, fundamento valorativo clave para discernir si un gol hay que considerarlo o no en propia puerta cuando hay un golpeo intermedio de un jugador rival.


Convencionalmente, la Federación, la Liga de Fútbol Profesional y los propios árbitros manejan un criterio homologado al respecto desde hace muchos años: será gol en propia puerta cuando el golpeo del jugador que defiende su marco desvíe hacia dentro un remate o centro de los atacantes que no tenga en su discurrir la trayectoria del portal batido. Es decir, un toque de pelota que resulte decisivo para que se meta dentro algo que iba a fuera.


Y ese no fue el caso del 1-0 de Lanzarote (que no de David Rodríguez como autogol). El golpe franco de Lanza iba al marco de Dmitrovic. Sin duda alguna. Y no a un punto muy alejado al que acabó entrando a gol. El toque del jugador alcorconense desvío la parábola unos grados, pero no fue crucial para que fuese gol algo que no iba entre los tres palos. Con este criterio universal, el tanto ha de adjudicarse a Lanzarote.


En temporadas precedentes, en casos semejantes, Real Madrid y Barcelona han peleado públicamente por las autorías de algunos tantos de Cristiano Ronaldo y Messi. En liza estaba, obviamente, la pelea por el Pichichi, por el título de máximo goleador del fútbol español y, en un posterior capítulo, las peleas entre los dos astros mundiales por las Botas de Oro, los Balones de Oro y demás reconocimientos individuales que tanto dinero reportan a los grandes clubes y a las estrellas del actual balompié. El Real Zaragoza, lamentablemente, no está en ese ámbito hace días y su mundillo es otro más períferico. Pero tanto derecho tiene Lanzarote a pedir su gol como Cristiano o Messi. Una mala práxis de un árbitro caprichoso no debería dejar al jugador zaragocista sin uno de sus goles en un sobresaliente inicio de temporada.


Por el momento, aquí, se sigue manteniendo el criterio de siempre: en el 2-0 ante el Alcorcón, los dos goles del Real Zaragoza los marcó Manu Lanzarote. Diga lo que diga el acta de Ais Reig. En definitiva, las actas acaban registrando muchos datos errados a lo largo de una temporada. Sus asertos no son infalibles.

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