Los partidos nocturnos, al final del día, y las nuevas modas relativas a las concentraciones de los equipos derivan en que, casi todo el mundo, lleve a cabo un último entrenamiento el mismo día del choque, en torno al mediodía. Lo que los técnicos llaman "sesión de activación". Lo del paseo matinal, posterior al desayuno en comandita en un hotel donde, en la noche anterior el equipo se haya concentrado, solo queda para los desplazamientos. Cuando se juega en casa, los nuevos métodos han derivado hacia este formulismo que Luis Milla ha puesto en marcha desde el primer día. Y, por ello, las convocatorias ya no se hacen públicas el día anterior, como siempre fue. Ahora, hay que esperar hasta "las horas previas".

El Real Zaragoza pule en el final de la mañana sabatina los últimos detalles tácticos en La Romareda antes de juntarse a comer en el vecino Hotel Ilunión Romareda. Mientras, como ya es cortesía recíproca entre los clubes, cuando uno cumple con el rol de visitante ese entrenamiento lo ejecuta en un campo cedido por el anfitrión. Por eso, mientras Milla y los suyos rompen el sudor en el estadio municipal, Cosmin Contra se ha llevado a los futbolistas del Alcorcón hasta la Ciudad Deportiva zaragocista para que hagan lo mismo.

Son los nuevos tiempos. Las pautas novedosas que están calando en todo el espectro futbolístico. Incluso en categorías inferiores.