El tobillo de Cabrera sigue entre algodones

El central uruguayo no comienza el entrenamiento con el equipo y vuelve a ejercitarse de nuevo en el gimnasio.

Leandro Cabrera durante un entrenamiento con el Real Zaragoza.
Leandro Cabrera durante un entrenamiento con el Real Zaragoza.
Aránzazu Navarro

Si Leandro Cabrera juega el sábado en La Romareda ante el Alcorcón (20.00) será al límite, después de un trabajo médico y de fisioterapia calculado al segundo y al milímetro. En el entrenamiento de este jueves, a solo 48 horas del partido ante los madrileños, el central uruguayo tampoco se ha ejercitado con normalidad después de acumular ya 11 días de rehabilitación del esguince en un tobillo que sufrió en el choque ante el Huesca, el pasado día 4.


Luis Milla, el entrenador aragonés, esperaba observar con detenimiento la evolución del zaguero charrúa en estas fechas de mitad de semana para poder decidir si está o no en condiciones de ser alineado de nuevo ante los alcorconenses. Por el momento, las noticias no son las mejores porque Cabrera no se ha incorporado con normalidad al grupo. Tras la sesión de vídeo del principio de la mañana, el cierre zurdo se ha marchado al gimnasio.


Pero todavía nadie descarta que pueda jugar en el importante duelo de esta 5ª jornada. Faltan dos sesiones preparatorias, la del viernes y la del mediodía del mismo día del partido, una cita de activación a la que Milla y su equipo técnico dan mucha importancia en su plan estratégico antes de cada partido nocturno. Lo más normal es que Cabrera no llegue a tiempo de volver al once inicial ante el Alcorcón, ya que no se quiere correr ningún riesgo de precipitación que pueda desembocar en una recaída de peores consecuencias que la propia lesión en sí. Pero la decisión se tomará en el último momento, dado que las sensaciones que tiene el defensor sudamericano vienen siendo positivas día a día.


Se trata, por lo tanto, de una cuestión de sentido común y de valoración de los tiempos. Mucho más cuando el calendario liguero tiene preparados dos partidos prácticamente consecutivos durante la semana que viene: el martes en Tarragona y el próximo domingo en Soria, dos desplazamientos seguidos que establece la jornada en fechas laborables que la LFP ha ubicado este año en los albores de la temporada. El asunto Cabrera queda, un día más, en el aire.

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