Injerencias de agentes no autorizados por Cabrera complican las negociaciones

El padre del jugador, propietario del 50% de su pase, solo ha dado poderes a Egoitz Basurto y Paco Ors para decidir su futuro. El Zaragoza solo atiende a los 2 millones de su cláusula.

Leandro Cabrera, detrás de Isaac, durante el entrenamiento del Real Zaragoza este miércoles en la Ciudad Deportiva.
Injerencias de agentes no autorizados por Cabrera complican las negociaciones
Raquel Labodía

A falta de solo siete días para el cierre del mercado estival de fichajes, la situación de Leandro Cabrera en el escaparate de compraventas en el fútbol español -y europeo- se ha líado en su entorno a causa de la aparición de agentes que no poseen autorización para negociar su salida del Real Zaragoza que, sin embargo, están actuando en su nombre ante la estupefacción de su padre, Sergio Cabrera, que es el mentor y el propietario nominal del 50 por ciento del pase del defensa central del cuadro zaragocista. Se trata de una situación anómala que, no obstante, no es nueva entre las bambalinas del mundillo del fútbol profesional en los últimos años, llenas de personajes que buscan aprovechar cualquier resquicio u oportunidad final para adjudicarse la autoría de una operación y rascar algún euro.


El Real Zaragoza no ha modificado su punto de partida: solo atiende, para obrar el traspaso de Cabrera, a quien esté en disposición de pagar los 2 millones de euros que rigen en su cláusula de rescisión. De ellos, sabido es universalmente, la mitad sería para el club aragonés y la otra mitad, en virtud del contrato que firmó en su día en anterior director deportivo zaragocista, Ángel Martín González, iría a parar a la cuenta corriente del jugador, como derivación de esa propiedad del 50 por ciento de sus derechos deportivos que tiene escriturados su padre. Solo así, al Real Zaragoza le resulta rentable acometer este traspaso que, obviamente, tiene un único beneficio posible en términos económicos, ya que deportivamente significaría un quebranto para los planes de Luis Milla, tal y como el entrenador ya se ha encargado de subrayar durante todo el verano en varias ocasiones.


Por parte zaragocista, los actores que están de lleno en el escenario del asunto Leandro Cabrera son, por descontado, el director deportivo Narciso Juliá y el secretario técnico Albert Valentín. Y, por parte del futbolista uruguayo, la potestad de cualquier negociación, como es evidente, la tiene su propio padre que, desde que comenzó el proceso a principios de verano, solo otorgó poderes para tratar la salida de Lele hacia otro club a dos agentes de representación: Egoitz Basurto y Paco Ors. Sin embargo, para sorpresa de todos los implicados, en las últimas fechas están asomando de manera espontánea y unilateral otros sujetos que, en contacto con diferentes clubes, dicen hablar en nombre de Cabrera. Estas indeseadas injerencias están introduciendo en el día a día una serie de dificultades que pueden entorpecer un final conveniente para las partes implicadas y derivar en conflictos posteriores con los que no se contaba.


Se da el caso, en las últimas horas, de que hay más de un club que cree estar negociando por Cabrera cuando, realmente, lo está haciendo con representantes que han sido desautorizados explícitamente por la propiedad legal del propio futbolista. Un episodio peculiar que está alcanzando unos grados de tensión importantes en la trastienda del caso Cabrera y que falta por ver cómo termina.


Mientras tanto, y en la hipótesis de que ningún club -que ha de ser interesante para el Real Zaragoza y para Leandro Cabrera- acabe viniendo con el dinero mínimo necesario de aquí al día 31, en el seno del club aragonés se actúa con calma y se sigue evaluando la opción de que, si el polaco Wilk acaba encontrando acomodo en otro club (como se le ha sugerido desde hace dos semanas), la continuidad de Cabrera en la plantilla zaragocista se haga realidad a partir del 1 de septiembre. De este modo, Leandro Cabrera afrontaría con naturalidad su tercer año de contrato con el Real Zaragoza, compromiso que concluirá el próximo 30 de junio de 2017.


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