"Como interior, tengo que recibir de espaldas y no estoy acostumbrado"

Erik Morán explica así su proceso de adaptación al nuevo requerimiento táctico que le pide Milla, que lo alinea más adelantado y no como pivote.

Morán: “Cuesta coger las ideas del nuevo entrenador”
Erik Morán en una imagen de archivo.
A. Navarro

Erik Morán es uno de los pocos jugadores que continúan en el  Real Zaragoza del año pasado. Es, por lo tanto, uno de los miembros de la minoría del vestuario. El centrocampista vasco describe el proceso de restauración del equipo como algo positivo y con buenas perspectivas de futuro: "Las sensaciones que tengo son buenas porque ha venido gente muy buena, tanto como futbolistas como en el sentido personal", indica. "Estamos haciendo un buen trabajo, estamos compitiendo muy bien y los entrenamientos son atractivos", añade el de Portugalete, que arranca su segundo año como zaragocista.


El ex del Athletic de Bilbao incide en las mismas percepciones que señaló Luis Milla tras el 0-0 del sábado en Vitoria ante el Alavés, que repetía el empate sin goles cosechado una semana antes en Tarragona ante el Nástic, los dos partidos ante rivales profesionales que ha disputado el renovado Real Zaragoza en lo que va de verano. "En defensa estamos muy bien, pero creo que en ataque nos falta un poco", resume Morán con sus clásicas frases cortas y concisas. "En Tarragona tuvimos una ocasión clara y en Vitoria dos. Nos falta meterlas", apostilla en su análisis, que señala claramente al mecanismo ofensivo del equipo como la principal tara a estas alturas del verano.


Morán es, desde el inicio de la pretemporada, el jugador que más está sufriendo las exigencias tácticas del nuevo entrenador, Luis Milla. Su papel ya no es exclusivamente, como lo fue el año pasado, el de pivote único por delante de los centrales. Ahora, además, Milla le exige jugar más adelantado, como interior, con más cobertura de campo en ataque. "Estoy con muchas ganas, intentando ayudar a la adaptación de los muchos compañeros nuevos que están llegando. En lo particular, el cambio de papel que me pide el entrenador modifica algo mi juego. Si juego de pivote, estoy siempre más de cara a la otra portería. Y si lo hago más adelantado, muchas veces tengo que recibir el balón más de espaldas, que igual es algo a lo que no estoy acostumbrado", puntualiza para que se entiendan los problemas que en varios lances de los últimos amistosos ha dejado ver en su juego individual. 


La permanencia de Morán en el equipo hace que el centrocampista vizcaíno sea parte del grupo que protagonizó el triste episodio de junio en Palamós, con aquella goleada por 6-2 ante el descendido Llagostera con el que se puso el negro broche a la pasada liga. Un estigma que tendrán que superar con el paso del tiempo y que al centrocampista no le genera un desasosiego extraordinario respecto de la afición zaragocista. "No creo que haya miedo, ni que lo vayamos a tener. Nosotros, lo que debemos hacer es que la afición esté contenta. Y, para ello, tenemos que sacar el máximo de puntos posibles jugando en casa, en La Romareda", apunta Morán.

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