Cani devuelve la magia al césped de La Romareda

Un regate con el cuerpo sobre Isaac levanta la más sonora ovación de la grada durante el partido de ensayo de este sábado. Los gestos de genio que Cani nunca perderá han vuelto.

Momento en el que Cani arranca hacia el ataque tras quebrar en un amago mágico con el cuerpo a Isaac junto a la banda. El lateral lo persigue sin poder alcanzarlo.
Cani devuelve la magia al césped de La Romareda
Oliver Duch

Cani sacó un sonoro ¡ohhhh...! de admiración y sorpresa de las bocas de los más de 1.500 zaragocistas que asistieron al partido de entrenamiento entre los jugadores de la primera plantilla del Real Zaragoza este sábado en La Romareda. Corría el minuto 37 cuando el de La Paz iba a recibir el balón pegado a la banda, junto a los banquillos. Isaac, su marcador, acudía raudo a presionarle intentando llegar antes a la pelota. Cani hizo un gesto de esgrima, movió el cuerpo de adelante hacia atrás, un amago de recortador de vaquillas que hizo variar la trayectoria de la carrera de Isaac por una décima de segundo. Lo justo para que el lateral andaluz perdiera el oremus y permitiera que Cani se quedase con la pelota con el camino expedito para avanzar en ataque mientras Isaac se había pasado de frenada cambiando su órbita.


Fue un gesto de genio. O sea, de Cani. Una de esas jugadas que guarda el zaragozano en ese privilegiado rincón de su cerebro de gran futbolista. Algo que hace mucho tiempo nadie ha sido capaz de enseñar, ni por aproximación, en los partidos de verdad que ha habido que tragarse en la vieja Romareda. Tal vez sea el anuncio, a modo de 'trailer', de lo que Cani quiere ofrecer a su gente una década después de haberse marchado. Genialidades. Espectáculo. Momentos de emoción futbolística a base de calidad. Habrá que estar preparados, por lo tanto, como en los viejos tiempos, para alguna vaselina desde 45 metros, para alguna dejada ejecutada con la vista con gesto torero, para algún regate imposible sobre una baldosa, para cualquier frivolidad útil en el juego del equipo, como este quiebro a Isaac a golpe de cadera y farol que Cani ha brindado hoy a la afición zaragocista. Es lo que tiene el '8'. 


Le ha faltado fuelle durante este partidillo más o menos formal que ha servido para que Cani volviera a jugar al fútbol en su Romareda del alma. Su forma física no es todavía, como parece normal, la adecuada. Pero en ese jugador de 35 años, cuajado de experiencia y sabiduría, el Real Zaragoza guarda para este año venidero muchos litros de esencia de alto 'standing' cuando de jugar la pelota se trate ante los rivales de turno. Cuando adquiera el tono físico adecuado, estamos ante el nuevo Valerón de la categoría. Es decir, con diferencia, el mejor futbolista del año en la Segunda División española.


Ah, y otra cosa. Ante la falta de extremos zurdos en la actual -e incompleta- composición de la plantilla, Cani ha jugado por la izquierda. Como lo puede hacer por su lugar natural, la derecha. O por su otro sitio también natural, el centro. Más adelante, pisando el área. O más atrás, en la zona de organización... Es decir, un jugador versátil, completo. Que cubre con su sola presencia en el campo media docena de funciones sin que nada chirríe. Nada de esas medianías que solo saben hacer una cosa... y generalmente regular o mal.

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