El partido amistoso Deportivo Alavés-Real Zaragoza, choque de preparación estival concertado por ambos clubes hace un mes y que no tenía escenario fijado, se disputará finalmente el sábado 6 de agosto -en horario aún por confirmar- en el campo de Olarambe de la capital vitoriana. No será, por lo tanto, en el estadio de Mendizorroza, dado que el equipo vasco ha emprendido obras de reforma en todas sus estructuras tras el ascenso a Primera División que también contemplan el cambio por completo del césped, que para esa fecha no estará todavía en condiciones de soportar 90 minutos de juego. 

Olarambe es el feudo del Aurrerá Vitoria, el segundo equipo de la ciudad. Un campo a las afueras, dentro de un complejo deportivo con cuatro terrenos de juego más, en el que disputa sus partidos este club que, durante las décadas de los ochenta y noventa, fue un clásico de la Segunda División B, casi siempre ubicado en el grupo de los equipos aragoneses. En plena crisis del Alavés, que llegó a bajar a Tercera y estuvo a punto de desaparecer, el Aurrerá se convirtió puntualmente en el equipo referencial de la ciudad vitoriana. Ahora, es el Aurrerá quien compite en Tercera y sus expectativas, desde hace ya varios años, disminuyeron notablemente por motivos económicos. 

El Real Zaragoza nunca ha jugado en Olarambe, donde sí acudió muchas veces su filial. El 6 de agosto lo hará ante el Alavés de Primera en el quinto amistoso de su singular verano 2016. Un bolo de preparación, a 15 días del inicio de la nueva liga, que se dirimirá en un campo que cuenta con una sola tribuna, donde caben alrededor de 600 personas sentadas. El resto del aforo, indeterminado pero estimado entre unos 3.500 o 4.000 espectadores, se concibe de pie y alrededor de la clásica valla de separación tras los dos fondos y la banda de enfrente. El césped natural suele presentar siempre un magnífico aspecto.