De Lluís a Luis

Milla precedió a Carreras en una generación en la cantera del FC Barcelona y comparten amistad, conceptos futbolísticos y un guía común: Cruyff

Luis Milla y Lluís Carreras, en la fase inicial de sus respectivas trayectorias profesionales, cuando dieron el salto al primer equipo de FC Barcelona de la mano de Johan Cruyff.
Luis Milla y Lluís Carreras, en la fase inicial de sus respectivas trayectorias profesionales, cuando dieron el salto al primer equipo de FC Barcelona de la mano de Johan Cruyff.
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Narciso Juliá, el director deportivo del Real Zaragoza, y Albert Valentín, su secretario técnico, han decidido relevar la decepcionante etapa de Lluís Carreras con la figura de Luis Milla. Dos entrenadores diferentes con un sustrato futbolístico común: el periodo académico de formación juvenil en la cantera del FC Barcelona, un hilo conductor que atrae diversos nexos de unión entre Lluís y Luis.


Carreras es algo más joven que Milla. El barcelonés nació en 1972 y tiene ahora 44 años. El turolense es del año 1966, es decir, ya ha cumplido los 50. Milla, cuando fue captado en el Teruel por el club culé, circuló en el escalafón de categorías de La Masía una generación por delante de Carreras. Pura cuestión de edad. Pero compartieron maestros, instalaciones, cuadernos de método, libros de estilo, normas de régimen interior, vestuarios, entrenadores y, al final del camino, cuando ambos ya dieron el salto al primer equipo azulgrana, varios compañeros de batallas. Y, lo más importante de aquella época barcelonista, tuvieron un mismo ídolo y guía espiritual para el resto de sus vidas futbolísticas: Johan Cruyff, quien los aupó a la Primera División a los dos como premio a su trayectoria formativa.


En este sentido, aunque los derroteros futbolísticos de Carreras y Milla fueron bien dispares, tanto como futbolistas como, después, en los banquillos, sus orígenes son los mismos. Su base y su cultura relativa al balompié es troncal, gemela, con los mismos tratados de pedagogía aplicada sobre el césped. En esta confluencia matricial cabe incluir también a Albert Valentín, la mano derecha de Juliá, que también pasó por el mismo camino que luego transitarían Milla y Carreras, por este orden cronológico, dentro del entramado de equipos canteranos del Barça. Tres piezas que llevan el mismo sello de fábrica, el mismo visado formativo en su edad juvenil y en sus primeros pasos hacia el profesionalismo.


Entrenadores como Juan Martínez Vilaseca, Lluís Pujol o Enrique Álvarez Costas, entre otros, envuelven sus primeros años de fútbol en Can Barça. Compañeros de vestuario que se hallan a caballo entre la edad de Luis y Lluís terminaron por agolparse en el mismo espacio que Milla y Carreras al final de la meta, en el primer equipo culé, después de varias coincidencias en el Barcelona Atlético: Nayim, Amor, Viñals, Cristóbal, Serer, Roura, Vilanova, Guardiola, Carlos Busquets, Ferrer, Angoy, el exzaragocista Sergi López, Pinilla, Delfí Geli, Sánchez Jara... Al menos tres docenas de jugadores que, poco a poco, terminaron disgregándose por más de media Primera División en los años noventa y principios de este siglo XXI pero que guardaron su núcleo común y esa amistad perenne que nace y se impregna en las personas en tiempos de infancia, juventud o estancias en centros de formación.


Por todo esto, no es de extrañar lo que sucedió en febrero en relación a Carreras y Milla cuando el Lugo iba a venir a jugar su partido liguero a La Romareda ante el Real Zaragoza. Milla dimitió inesperadamente durante la semana y, finalmente, ese conflicto impidió que el turolense se sentara en el banquillo del estadio zaragozano al frente del cuadro lucense (en Zaragoza debutó aquella tarde José Antonio Durán, el técnico del juvenil lucense). Lluís Carreras, en la rueda de prensa previa al partido habitual de cada viernes, dijo lo siguiente respecto de la abrupta salida de Milla del Lugo: "Su decisión me afecta personalmente porque conozco a Luis desde los 13 años. Sé lo mal que lo ha pasado. Sé lo que ha pasado allí (en Lugo), pero esto son cosas privadas entre amigos, no conocidos. Su dimisión me afecta en el plano personal".


En efecto, Juliá y Valentín han llevado a cabo la entrega de la posta de relevo al frente del banquillo del Real Zaragoza entre dos amigos, dos viejos compañeros de los años jóvenes en aquella cantera del Barcelona que idolatraba a Cruyff. El testigo ha pasado de Lluís a Luis. Dos perfiles de entrenador que, probablemente, tengan muchas más coincidencias que diferencias. Muchos más elementos similares que divergentes. En cualquier caso, su historia personal advierte de una misma solera, de unos fundamentos gemelos, de un tiempo de aprendizaje casi idéntico. En ningún caso puede aseverarse que Juliá y Valentín hayan apostado por una ruptura o por un giro brusco en sus planes técnico-tácticos para el Real Zaragoza del futuro inmediato. 



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