A Milla le gustaría reclutar a Carlos Hernández del Lugo
El central ya jugó en el filial del Real Zaragoza en la liga 2012-13 tras ser fichado por Manolo Jiménez del Jaén. Todavía tiene un año de contrato con los gallegos.
Carlos Hernández, defensa central de 25 años (1,88 de estatura) que ha jugado el último año en el CD Lugo, es una de las opciones que estudia el Real Zaragoza para recomponer la línea de centrales que, según todas las previsiones, va a mutar casi en su totalidad -a expensas de lo que suceda con la posible repetición de la cesión de Vallejo por parte del Real Madrid- de cara al año que viene. A Luis Milla, nuevo entrenador zaragocista, le gustaría poder reclutar desde la capital lucense al zaguero jiennense, al que ya entrenó durante los seis meses en los que estuvo al frente del vestuario del Lugo antes de dimitir a finales de febrero.
Se da la circunstancia de que Carlos Hernández tiene pasado zaragocista y, como es obvio por su edad, es reciente. El rubio defensor del Lugo militó en el Zaragoza B, filial blanquillo, en la temporada 2012-13 en Segunda B. Fue un fichaje de Manolo Jiménez, en aquel fatídico año que acabó con el descenso a Segunda División del primer equipo, dado que Agapito Iglesias, entonces propietario mayoritario de la SAD zaragocista, otorgó al sevillano esa temporada el doble papel de mánager general y entrenador del primer equipo.
Carlos Hernández se incorporó en julio a la concentración del primer equipo en Costa Ballena (Cádiz) y jugó con el primer equipo en los amistosos de aquella pretemporada antes de ser desviado finalmente al equipo B. Otros fichajes similares, como Víctor Rodríguez (llegó del Badalona) y José Mari (del Jaén, como Carlos Hernández), sí que acabaron quedándose en el equipo profesional pese a llegar de Segunda B y, en un principio, dar la sensación de que llegaban para reforzar al filial. El central jiennense fue la excepción y, además, durante el curso no tuvo la oportunidad de debutar en Primera División pese a su buen cartel interno dentro del área deportiva de entonces.
Hernández disputaría 35 partidos con el actual RZD Aragón, que ese campaña tuvo dos entrenadores, Alex Monserrate y Chucho Solana, y anotó dos goles en una de sus especialidades, que tan bien ha desarrollado en su reciente año en el Lugo: el remate de cabeza en las jugadas de estrategia, ya sean córner, ya sean faltas laterales. Su paso por la Ciudad Deportiva fue fugaz. Ese año, además del descenso del primer equipo (que aún se purga), también el B se escurrió hacia la Tercera División pese a los esfuerzos por evitar ese fracaso deportivo. Prácticamente todos los jugadores foráneos fueron liquidados de inmediato y Carlos Hernández tuvo que buscar acomodo fuera de Zaragoza. Lo halló en el Sabadell, en Segunda División, donde completaría dos temporadas hasta recalar hace doce meses en el Lugo.
El problema que tiene, de entrada, esta pretensión del Real Zaragoza es que Carlos Hernández tiene un año de contrato en vigor con el CD Lugo, ya que firmó en su día por dos temporadas. Que la idea de traer al central andaluz al equipo blanquillo pueda cuajar, pasa por un acuerdo con los lucenses para que liberen al jugador de ese compromiso. Para ello, se están abordando diferentes fórmulas tendentes a eludir el pago de un traspaso, algo que no se contempla en el libro de ruta del club aragonés en ninguna de las operaciones que se vayan a consumar de aquí al final del verano.
Como dato anecdótico de lo que han cambiado los modos y los tiempos en el Real Zaragoza en los últimos cuatro años, esta tesitura de máxima austeridad en la que se debe mover el actual club contrasta con las alegrías y nulo control que se esgrimió durante ocho años con la vieja propiedad de la SAD: cuando Carlos Hernández fue fichado por Manolo Jiménez del Jaén, el Zaragoza de Agapito pagó a ese club de Segunda B 70.000 euros por ese concepto. Una cifra que, hoy en día, es el salario de varias fichas profesionales del primer equipo.
