Rico y Cabrera serán vendidos y a Gil se le espera en el primer entrenamiento de julio

Diego Rico y Leandro Cabrera jugaron, casi con total seguridad, su último partido como zaragocistas en la vergonzosa tarde de Palamós ante el Llagostera. El lateral canterano burgalés y el central uruguayo, ambos con contrato en vigor, son las dos piezas del actual vestuario del Real Zaragoza con mejor escaparate en el mercado de Segunda División y, por ello, los dos señalados por el club para ser objeto de traspaso en las próximas semanas y, de este modo, obtener liquidez con la que afrontar buena parte de la profunda remodelación del equipo prevista para la próxima campaña, la 2016-17.

"La necesidad del club, en relación a la situación económica real que sufre, va a obligar a vender a algún jugador para poder hacer frente a la reestructuración importante de la plantilla que vamos a acometer. Para que pueda haber entradas y construir un equipo más o menos equilibrado, tendremos que poner en el mercado a algún jugador que sea vendible y que compense la pérdida deportiva que podamos tener con su marcha con los ingresos que obtengamos con su venta", ha explicado Narciso Juliá en sus primeras palabras tras el fracaso de Llagostera.

"Tampoco tenemos tantos jugadores para vender. ¿Rico y Cabrera? Sí, pueden ser los traspasados", ha puntualizado cuando se le ha nombrado a esta pareja de defensores como susceptibles de ser los mejor rentabilizados en una posible compraventa. Rico tiene contrato hasta junio de 2018, mientras que Cabrera acaba su compromiso en junio de 2017.

Juliá ha reseñado que esta circunstancia de la venta ineludible de jugadores que han tenido vitola de titulares en los últimos años no va a ser motivo de fricción con el nuevo técnico que fiche el Real Zaragoza en las próximas fechas para relevar a Lluís Carreras. "Esto se lo explicaremos al nuevo entrenador para que sepa cuál es la situación económica real del club. El peso del nuevo técnico en esa decisión va a ser solo informativo, su papel será solo de opinión. Por que, si no hacemos una cosa, igual no podemos hacer la siguiente. Se le comunicarán los pormenores que hacen depender la composición de la plantilla con las ventas de jugadores", ha justificado el director deportivo del Real Zaragoza, que ya está en marcha en la labor de buscar acomodo rentable a estas dos piezas del caduco vestuario blanquillo.

Por su parte, Juliá también se ha referido al polémico asunto de Sergio Gil. El joven centrocampista canterano, que fue renovado por tres años más (hasta 2019) a iniciativa del Real Zaragoza el mes pasado mediante el uso de una cláusula que contemplaba el primer compromiso contractual que firmó en su día Gil con el club, a instancias de su representante -José María Minguella 'Junior'- se niega a firmar el nuevo documento y considera no válido ese acuerdo. La entidad zaragocista ya advirtió recientemente que el caso está abocado a terminar en los tribunales. Juliá ha sido rotundo en este caso. "A Sergio Gil se le va a convocar para el primer entrenamiento de la pretemporada que, en principio, estaba fijado para el 14 de julio, a expensas ahora de que le nuevo entrenador lo pueda adelantar. Y ese día sabremos cuál es la voluntad de Sergio Gil, si se incorpora a los entrenamientos o no lo hace y ha decidido que no quiere continuar aquí. Como ya advertí en su día, si decide no presentarse, ejerceremos nuestros derechos desde el primer minuto después de su decisión", ha avisado el ejecutivo zaragocista, que no ha querido opinar sobre la presencia del representante de Gil en la zona de vestuarios de Palamós en los tensos y duros momentos del pos partido ante el Llagostera: "No voy a hacer ningún comentario sobre eso", ha culminado de manera cortante.