La falta de tacto del representante de Gil levanta ampollas

Minguella se coló el área restringida para mantener una conversación con el jugador zaragocista.

Minguella, a la izda. de marrón, charla con Gil en la zona de vestuarios ante la extrañeza general.
Minguella, a la izda. de marrón, charla con Gil en la zona de vestuarios ante la extrañeza general.
José Vidal

José María Minguella ‘Junior’, el representante del joven Sergio Gil, protagonizó el sábado por la noche en el estadio Palamós-Costa Brava el momento más tenso vivido durante la dura hora que los jugadores, técnicos, auxiliares y dirigentes del Real Zaragoza compartieron en la zona de vestuarios del campo del Llagostera. De manera sorprendente e inapropiada en un momento tan difícil para los protagonistas del equipo aragonés –los periodistas también aguardaban en la zona mixta las declaraciones de rigor al término del partido–, Minguella se coló en esa área restringida y, tras hacer un gesto de llamada a su representado, entabló una inoportuna conversación, junto a una tercera persona, que rompió el silencio y el ambiente de pesar que reinaba entre la expedición zaragocista.


Javi Ros, con la voz entrecortada y lloroso, daba su rueda de prensa. El presidente, Christian Lapetra, tras atender a los medios de comunicación, se disponía a salir a la calle para dar la cara ante los aficionados que reprochaban al equipo su debacle. Todos los jugadores y técnicos, según salían de la ducha, se iban sentando en los bancos del pasillo o se apoyaban de pie contra la pared con los ojos arrasados o pensativos por lo acaecido en el césped poco antes. Los utilleros y fisios preparaban los baúles con la ropa y demás material para meterlos en la bodega del autocar. Los dirigentes, en un cuarto anexo, charlaban con cara desencajada...


Minguella, sin ningún respeto por la situación, fue a lo suyo ante el estupor general. Sergio Gil no evitó el encuentro –pudo y debió hacerlo– y acudió a la charla que, durante más de cinco minutos, estuvo a punto de provocar una reacción de ofuscación en varios miembros del Real Zaragoza, que pudieron aguantar sus impulsos y no dieron forma al número que se habría montado de haber reprochado al agente catalán su conducta. Minguella ‘Junior’, a cuenta de la renovación de Gil con el Zaragoza, mantiene abierto un litigio con el club aragonés que probablemente acabe en los juzgados. Minguella no considera válida la renovación que ha activado la SAD y se niega a firmarla.

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