Javi Ros, el dinámico centrocampista del Real Zaragoza, ha ejercido este jueves de portavoz del vestuario. El navarro ha querido lanzar mensajes claros, sin estridencias, llamando a la sensatez, el ánimo del público y la esperanza de poder estar arriba en la tabla dentro de 17 días, cuando la liga acabe. Pero, asimismo, ha subrayado la enorme dificultad que plantea la obligatoriedad de ganar los cuatro partidos que restan para la conclusión del torneo regular y, de este modo, con esos 12 puntos sumados en el balance final, tener opciones de lograr el ascenso directo a Primera.

"Hacer 12 de 12 va a ser complicado", ha reconocido el jugador de Tudela. "El Nástic juega muy bien, es un rival que nos lo va a poner muy difícil este domingo. Pero ya solo quedan cuatro partidos para acabar y hay que ganar como sea si queremos seguir aspirando al ascenso directo, que es lo que queremos. Por eso hemos de afrontarlo como una final", avisa Ros, dibujando el grado de responsabilidad que se vive dentro de la caseta ante la envergadura y el calibre que tiene este próximo duelo ante los tarraconenses, que caminan en la tabla clasificatoria un puesto por delante del Real Zaragoza, con un punto más.

Con la aproximación del nuevo fin de semana, el ánimo del grupo está dejando atrás el disgusto tras el empate cosechado ante el Numancia en el polémico partido de Los Pajaritos y, minuto a minuto, ya se piensa más en lo que viene ante el Nástic que en lo que sucedió en Soria. "Estamos tranquilos, queremos afrontar este tramo final con todas las garantías. Gran parte de lo que podamos lograr dentro de dos semanas pasa por ganar al Nástic. Creo que el equipo está ya recuperado anímicamente tras lo ocurrido en Soria, donde fue un palo lo que sucedió tras ir ganando y solo poder empatar en las circunstancias que se dieron. Ya tenemos todos ganas de que llegue el domingo para volver a ganar. Estamos concentrados en ello. Lo que pasó en Soria lo tomamos como una motivación extra", explica Ros.

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Irremediablemente, el asunto arbitral ha sido la parte mollar de lo que va de semana después del conflictivo caso ocurrido con el andaluz López Amaya frente al Numancia. Los jugadores entremezclan su obligación de dejar a un lado este aspecto, ajeno al juego, con el recuerdo de los perjuicios sufridos tanto en Soria como quince días antes en Ponferrada a manos del valenciano Ais Reig. Javi Ros ha manifestado esa dualidad de sentimientos en una frase: "No tengo miedo al árbitro. Quiero pensar que saldrá a hacerlo lo mejor posible, que los árbitros no salen al campo con ningún tipo de interés hacia ninguno de los dos lados. Pero sí es verdad que, en las últimas semanas, las decisiones suyas han podido condicionarnos el resultado", ha sintetizado el tudelano al respecto.