La pasada semana fue el protagonista positivo al afirmar que se encontraba ya "al cien por cien", una vez superada una etapa en la que su rendimiento decayó ostensiblemente por unas molestias en la rodilla derecha. Esta semana lo es por todo lo contrario. Juan Emmanuel Culio no pudo entrenarse este martes junto al resto de sus compañeros, y la resonancia magnética a la que posteriormente fue sometido confirmó que padece una rotura fibrilar en la parte posterior del muslo derecho.

Una lesión que, traducida en tiempo (alrededor de un mes) de baja, acarreará su ausencia por lo que resta de temporada regular. Se perderá seguro los encuentros ante Nástic de Tarragona, Real Oviedo, SD Huesca -se disputan a partir del próximo domingo en cuestión de solo siete días- y Llagostera, compromisos vitales que definirán si el Real Zaragoza merece ascender a Primera División por la vía rápida.  

Si el equipo tiene que jugarse su futuro a través de dos rondas eliminatorias de promoción, las mismas arrancarían a mediados de junio, fechas en las que el argentino podría estar encarando la recta final del proceso de recuperación. Ahí influirá el trabajo diario de un futbolista caracterizado por su compromiso e implicación.

Su caso, por el papel principal que se le había reservado y el momento en que llega el contratiempo, se asemeja mucho al que protagonizó Borja Bastón la pasada campaña. El delantero, que convirtió 23 tantos con la elástica blanquilla, cayó lesionado en la antepenúltima jornada de Liga Adelante (Real Valladolid 1-3 Real Zaragoza) el 24 de mayo, y ya solo pudo disputar los últimos 20 minutos de la final ante Las Palmas, en el estadio de Gran Canaria.

De esta forma, Culio se suma a Vallejo y Pedro en la lista de lesionados musculares. El central y el centrocampista cayeron a finales de abril y comienzos de mayo, respectivamente. Antes, Marc Bertrán, Isaac o Hinestroza habían visitado en repetidas ocasiones la enfermería, concurrida durante todo el año por este tipo de dolencias.