El túnel de vestuarios del estadio de Los Pajaritos se convirtió en un polvorín tras el partido. Discusiones, insultos, indignación… Todo ocasionado por el silbato atómico del colegiado López Amaya, cuyas decisiones destrozaron la clara superioridad del

Real Zaragoza hasta que sacó del encuentro a Albert Dorca. Al acabar, antes de que partiera el autobús del equipo aragonés de vuelta, el Zaragoza denunció su malestar por lo sucedido. El presidente Christian Lapetra puso voz a esa indignación. Sus palabras sonaron rotundas y doloridas: "La sensación que se nos queda en este partido es que se nos han llevado dos puntos. Nos jugamos mucho todos los equipos, y el Real Zaragoza muchísimo. No podemos tolerar un arbitraje así. Ha sido una vergüenza".

Lapetra tiró de retrovisor. En Ponferrada, al Zaragoza le arrancaron un gol de dentro de la portería. A Dongou le tumbaron al menos en una ocasión dentro del área. Justo cuando más se tensa la competición, el Zaragoza se siente agraviado. "Llevamos toda la temporada callados, también toda la temporada pasada a pesar de sufrir arbitrajes dudosos. Pero no vamos a callar más. Nos quedamos con un jugador menos en una acción así, discutible. Es que no tiene sentido", indicó el presidente, quien guardó para ese momento un dardo para López Amaya: "No es tolerable un arbitraje así, con lo que nos estamos jugando".

Porque la cosa viene de lejos. No solo con el Zaragoza. En los corrillos del fútbol español, en Segunda División, la fama miope de López Amaya, el trencilla granadino, nombre ya imborrable en la memoria del zaragocismo, es bien conocida. También su actitud, sus gestos, su afán de notoriedad. El año pasado al equipo aragonés lo crujió en La Romareda contra el Tenerife, cuando pitó dos penaltis para los canarios, uno de ellos, a Borja Bastón, verdaderamente torpe. Cuando hace unos días se conoció su designación, en el Zaragoza hay quien lanzó un suspiro al aire. En Los Pajaritos, se conoció por qué: "No queremos que nos den nada pero tampoco que nos quiten. Este árbitro no tiene nivel para pitar estos partidos. Solo pedimos una garantía, que nos envíen los mejores árbitros. Y este colegiado no tiene nivel para un encuentro entre el Numancia y el Zaragoza como este. Lo ha demostrado", aseveró el dirigente.

La rabia, la incomprensión, la resignación, el dolor, la irritación… ningún cargo del Zaragoza fue ajeno a esa mezcla de sentimientos. Más allá del micrófono se oyeron palabras de indignación. La figura de López Amaya estaba ya bajo la duda, pero en todas las conversaciones. "Sabemos que este árbitro no es de los mejores. Que tiene problemas en partidos de este tipo. ¡No podemos callarnos! Hasta ahora hemos sido muy exquisitos, muy educados, jamás hemos hablado de nada. Pero con 0-2, en cinco minutos remueve así un partido. Hemos aguantado jugando con 10, pero esas decisiones han acabado con muchas de nuestras posibilidades. Era un encuentro que lo teníamos ganado perfectamente. Y por errores garrafales del árbitro se ha ido", explicó Lapetra.

El presidente aseguró que el club se plantea formular una queja oficial en los organismos del fútbol, tanto la LFP como la Federación Española, de donde salen elegidos los colegiados. "Cuando hablemos con los estamentos correspondientes, lo vamos a decir. Solo queremos la garantía de que nos arbitran los mejores. Y este ya ha demostrado en varias temporadas que no lo es. Queremos más respeto. Deberá entenderse con todo los que nos jugamos", zanjó.