Dos ex que ya tumbaron al Real Zaragoza

Ortuño y Colunga, el dúo atacante del Mallorca este domingo en La Romareda, ya marcaron goles a los aragoneses en sus etapas en Girona y Getafe, respectivamente

Colunga celebra el gol de penalti que marcó al Zaragoza en 2010 y Ortuño pelea con Rico en el duelo Girona-Zaragoza del año 2014.
Colunga celebra el gol de penalti que marcó al Zaragoza en 2010 y Ortuño pelea con Rico en el duelo Girona-Zaragoza del año 2014.
HERALDO DOCUMENTACIÓN

Alfredo Ortuño y Adrián Colunga van a ser, casi con total seguridad, los dos delanteros que alinee Fernando Vázquez el domingo en La Romareda en el once inicial del Mallorca. Ambos tienen pasado zaragocista. Ortuño, muy reciente. Colunga, algo más lejano. Son, en su justa medida, no demasiado longeva, dos cuñas de la misma madera blanquilla. Y el adagio avisa de que, la peor cuña, es siempre la del mismo árbol. Peligro a la vista, por lo tanto. Además, en los dos casos, el historial revela que ya existen antecedentes goleadores en las porterías zaragocistas. En el currículum de Ortuño, en las filas del Girona antes de venir al Real Zaragoza. En el de Colunga, hasta en dos ocasiones, vestido con el uniforme del Getafe, una vez salió del club aragonés.


Ortuño es quien tiene su paso por Zaragoza más caliente. Ardiendo todavía. El murciano, que había venido cedido por Las Palmas en verano, abandonó el club zaragocista al cierre del mercado invernal de enero. Apenas se han cumplido dos meses y una semana. Se fue siendo el máximo goleador del equipo blanquillo, con siete tantos. Una decisión de difícil comprensión en términos deportivos pero sustentada en el flanco financiero: con la parte proporcional que quedaba de pagar de los 400.000 euros de su salario (más o menos la mitad), el nuevo Zaragoza de Juliá y Carreras al frente del área deportiva pudo fichar tres jugadores más de los que se preveían horas antes, hasta llegar a seis refuerzos.


Colunga vistió de zaragocista, igual que su colega actual en el Mallorca, solo media temporada. Vino como refuerzo invernal en la revolución de enero de 2010, con Gerhard Poschner en la dirección deportiva y José Aurelio Gay en el banquillo relevando a Marcelino. Fue uno de los siete nuevos que dieron la vida y salvaron aquel descenso de manera milagrosa. Marcó siete goles y, junto a Suazo, Eliseu y compañía propocionó veneno al ataque zaragocista en aquellos épicos partidos de grato recuerdo.



Si marcan en La Romareda ante el Real Zaragoza, algo que muchos temen entre el zaragocismo,no será por lo tanto la primera vez que lo logran. Ortuño ya gritó un gol ante la portería blanquilla el 27 de abril de 2014. Fue en Montilivi, cuando jugó medio año en el Girona. Los catalanes ganaron 2-0 ese día y Ortuño, que lucía un extraño dorsal 39, anotó el segundo tanto en el minuto 85.


En el caso de Colunga, sus abolladuras en la carrocería zaragocista son dos, ambas en el Getafe, en donde recaló tras marcharse de La Romareda. En la primera ocasión, el asturiano hizo el 1-1 definitivo, de penalti, el día del debut de Aguirre en el banquillo zaragocista, en el Coliseum Alfonso Pérez, igualando un gol inicial de Bertolo. Era el 22 de noviembre de 2010. Repetería experiencia dos años y medio más tarde. En un triunfo getafense por 2-0, cuando el Zaragoza de Jiménez se iba a Segunda sin remedio, Colunga marcó el primer gol en el minuto 21. Era el 1 de marzo de 2013.


El paso de Ortuño y Colunga por Zaragoza fue breve. Escaso de radicación. Forman parte de ese vasto elenco de futbolistas que, en una cifra superior al centenar y medio, han pululado por La Romareda en la última década de trajín constante en el vestuario. Pero ambos portan un cacho de historia reciente del club aragonés. La suya. La que les ha tocado protagonizar. Este domingo, su afán será repetir en el apartado de daños y perjuicios hacia el club aragonés, ya que serán de nuevo rivales abanderando la vanguardia de otro adversario: el Real Mallorca.

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