Donato, los cien años de un fiel zaragocista

Donato Castillo Pellejero, socio nº 18 del Real Zaragoza, ha cumplido hoy 100 años. El club lo ha invitado al palco el próximo domingo, donde será homenajeado

El Real Zaragoza tiene desde hoy un socio centenario. Se trata de Donato Castillo Pellejero, un fiel seguidor zaragocista que ostenta el carnét número 18 del club. Donato nació el 7 de abril de 1916 y ha cumplido la redonda y emblemática cifra de los 100 años. Un hito extraordinario en cualquier familia que, en este caso, también la entidad zaragocista quiere celebrar con el más longevo de los suyos. Donato, acompañado de su familia, estará el domingo al mediodía invitado al palco para observar desde ahí el partido de su Real Zaragoza de siempre contra el Mallorca. Sigue manteniendo su abono, en Tribuna de Gol Sur, aunque según comenta a HERALDO, con el mismo pesar que naturalidad, "cada vez voy menos".


Donato Castillo vino al mundo en Romanos (Zaragoza), pequeña localidad del campo de DarocaAllí, alejado de la capital, vivió hasta 1944. Solo cuando se casó con María Ángela, natural del vecino pueblo de Loscos (el de la familia materna del actual capitán, Jesús Vallejo), cambió su rumbo vital. Dejó el ámbito rural para asentarse en Zaragoza, en la gran ciudad. Era 1944, cuando Donato tenía 28 años. A partir de ese año, en plena posguerra, formó su familia: su mujer y dos hijas. Con el paso de los años, llegarían cuatro nietos. Y, ahora, como es natural, el primer bisnieto está ya en camino


Pero, en aquella incipiente familia que Donato y María Ángela pusieron a andar hace 72 años, se coló una pasión inesperada para aquellos jóvenes de Romanos y Loscos: el Real Zaragoza. El club blanquillo enseguida pasó a ser uno más de aquel núcleo familiar. Donato era un gran aficionado al fútbol y su llegada a la ciudad le dio la oportunidad de vivirlo in situ, algo que en el pueblo le había resultado imposible. Su ingreso en el libro de socios del Real Zaragoza data del 1 de noviembre de 1945, según tiene registrado el club. "Empecé a ir a Torrero en el año 45 porque antes nunca pude desplazarme desde mi pueblo. Por eso no viví de cerca la fundación del club en 1932, ni puedo decir nada sobre los avispas del Iberia y los tomates del Zaragoza. Entonces, a pesar de que yo ya vivía, eso me pillaba lejos. Por eso siempre presumo de que yo he sido y seré del Real Zaragoza, hasta que me muera. Cuando yo llegué, ya era el equipo único de la ciudad", explica y presume Donato con su verbo apasionado.


Que Donato, a los 100 años, sea el socio número 18 y no el 1 se sustenta en esta historia personal reseñada. "El fútbol me gustaba con locura. Cada domingo, me veía varios partidos. Recuerdo una época en que acudía a ver al Atlético Zaragoza por la mañana y, después de comer, al Real Zaragoza. A veces, jugaban seguidos, uno detrás de otro. Si hubiese vivido en la ciudad desde niño, tendría un número de socio más bajo, eso está claro. Pero hasta el año 45 no tuve la oportunidad de ir al campo de fútbol. Así era la vida entonces", cuenta con cierto resquemor.


Por supuesto que Donato tiene claro cuáles son los años en los que más feliz fue yendo a ver al Real Zaragoza. "Los años de Los Magníficos son los más grandes, muy difíciles de repetir", rememora con añoranza. "Teníamos un campo nuevo, La Romareda, y cada tarde de fútbol era una fiesta en todos los sentidos", apostilla al respecto de aquellos maravillosos sesenta del siglo pasado, que él vivió como un afortunado cuarentón de la época. Lo peor, es obvio decirlo, sus inicios como socio, con el equipo caído en Tercera División, y la época actual, donde se atraviesa la tercera temporada consecutiva en Segunda División, algo que no sucedía desde que él llevaba solo ocho años como abonado zaragocista.


Donato, que asistió sin excusa anualmente a las asambleas de socios compromisarios, primero, y de accionistas, después, hasta que alcanzó los noventa años, desea ver al Real Zaragoza de nuevo en Primera División. Por el momento, este domingo lo volverá a ver en su Romareda querida, donde tanto disfrutó y sufrió en 67 años que ya acumula como abonado blanquillo. Lo hará en el palco de autoridades, junto a sus hijas y nietos. Porque, Donato, es desde hoy una autoridad zaragocista de 100 años




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