Un coliseo con eco

Al estadio del Elche, el Martínez Valero, no acuden más de 8.500 espectadores, cuando su aforo es de 34.000, como La Romareda

Imagen del Martínez Valero, prácticamente lleno, el año pasado durante el partido Elche-Atlético de Madrid en Primera División.
Imagen del Martínez Valero, prácticamente lleno, el año pasado durante el partido Elche-Atlético de Madrid en Primera División.
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El estadio Martínez Valero de Elche (225.000 habitantes) es, visual y estéticamente, un coqueto coliseo de 34.000 butacas. Similar a La RomaredaUn campo de los grandes de España que, a lo largo de esta difícil temporada entre la afición franjiverde, a la que le está costando digerir el descenso administrativo que sufrió su club en verano y que lo alejó de Primera División por una mala gestión de sus dirigentes, no acoge más allá de 8.000 personas de media pese a tener un censo de casi 12.000 abonados. La mejor entrada, la única que se ha salido de esos parámetros, tuvo lugar ante el Oviedo, choque que vieron in situ algo más de 13.000 hinchas.


Regular en su construcción, con tribunas gemelas en sus cuatro lados, de planta moderna, con dos anfiteatros diferenciados en todo su perímetro, tiene hechuras de instalación de primer nivel. La ciudad ilicitana, desde finales de los setenta cuando lo inauguró para sustituir al vetusto y pequeño Altabix, ha contado con un campo de fútbol del que presumir. Pero su equipo pocas veces ha estado a la altura de su recinto deportivo en los últimos 35 años. Contrastó muchas veces que el Elche compitiera en Segunda B y su campo albergase partidos de la selección española o, incluso, fuese sede de una final de Copa del Rey: la atípica de 2003, que el Mallorca ganó 3-0 al Recreativo de Huelva. El desfase de categoría entre el equipo y su campo ha sido, la mayor parte del tiempo, llamativo. Sin duda, el más desproporcionado del fútbol español.


Este año, ese efecto ha vuelto a reproducirse y el Real Zaragoza lo va a vivir este sábado en su próximo partido liguero (18.00). El fútbol en Elche atraviesa en esta campaña 2015-16 su enésima crisis histórica. Descendido de Primera División en los despachos por la Liga de Fútbol Profesional el pasado verano (las deudas con Hacienda fueron la principal causa), el Elche CF quedó totalmente desmantelado en apenas diez días a finales de julio y tuvo que hacer un equipo nuevo al cien por cien. La afición, que en las dos últimas campañas había vuelto masivamente a las tribunas, con varios llenos en sus plateas en el retorno con éxito a la élite del cuadro ilicitano tras más de dos décadas alejado de ella, ha vuelto a dar la espalda masivamente a este Elche de Segunda.


Como ya sucedió mucho tiempo atrás, la directiva del Elche no abre el anillo superior del Martínez Valero, que puede acoger unas 13.000 personas. Toda la parte de arriba está desierta en las cuatro tribunas. Y abajo... con apenas 8.000 espectadores de media, predomina el plástico de los asientos sobre el calor humano de los seguidores ilicitanos. El fútbol es, de nuevo, un espectáculo desangelado en el feudo del Elche por la singular estructura de su macroestadio, pensado para vuelos mucho más altos de los que en los últimos treinta años alcanzaron los del viejo y entrañable Altabix. 


Desde las gradas, suena el eco en el Martínez Valero. Se oyen los gritos e indicaciones de los protagonistas del césped y los banquillos. Los visitantes no sienten la presión que da un campo lleno y caliente, por pequeño que éste pueda llegar a ser. Por eso, los dirigentes levantinos han pensado incentivar de cara a este sábado la presencia de nuevos seguidores, de esos que abandonaron al Elche en agosto tras confirmarse el descenso y a los que, con el lamín de la llegada de otro histórico, con el nombre más llamativo este año en Segunda, el Real Zaragoza, quieren animar a regresar.


Los abonados podrán retirar dos entradas, con un precio especial de 10 euros en los dos fondos, 15 en la tribuna de preferencia y 25 en la tribuna principal. Unos descuentos que oscilan entre los 5 y los 10 euros respecto de los precios habituales. El club alicantino insta a su gente a "llenar de colorido el coliseo franjiverde, a llevar en volandas a los jugadores de Rubén Baraja y a premiar la fidelidad durante toda la temporada del abonado".


El Elche quiere que este sábado no haya eco en su estadio durante el partido con los zaragocistas. Aun así, seguro que el aforo final no pasará de un tercio de la capacidad total de sus graderíos en el mejor de los casos.


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