Lanzarote trituró el año pasado al Zaragoza en Mendizorroza

Marcó un gol, dio una asistencia, lanzó una falta al palo y volvió loco a Rico. El domingo vivirá el choque desde el prisma contrario

Manu Lanzarote va a ser uno de los protagonistas principales del Deportivo Alavés-Real Zaragoza del domingo en Mendizorroza (12.00). En el curso pasado, vivió este choque con el uniforme alavesista. Esta vez, lo hará como zaragocista. Cambio radical de objetivo goleador. Mutación simétrica de roles, de amigos y rivales. Quienes el año pasado eran sus colegas -Laguardia, Juli, Raúl García, Manu García, Barreiro, Llamas o Einar- ahora serán sus más fieros contrincantes. Los que el año pasado lo intentaron frenar de cualquier modo -Rico, Cabrera, Pedro, Alcolea- serán sus más fieles aliados.


Todo ello, con el vivo recuerdo de que, aquel 22 de febrero de 2015 (hace un año y 10 días), Lanzarote fue la estrella del Alavés, que goleó 4-0 a un desdibujado y desbordado Real Zaragoza. Marcó un gol, el 2-0, con un toque sutil a la gatera de la portería, al sitio preciso entre los defensas y un Bono vendido (luego se lesionó el portero marroquí y saldría Alcolea). Antes, el zurdo catalán había regalado el 1-0 a Toti con un centro de 'banana' que atravesó el área pequeña sin que defensores y portero zaragocistas lograsen parar o desviar esa asistencia letal. También lanzó una falta lateral directa sobre el primer palo, con su estilo traicionero (casi sorprendió a José Juan, portero del Lugo, el domingo pasado en un centro-chut similar en La Romareda) que Bono tocó como pudo sobre la raya para golpear el balón en el palo y evitar un gol de pillo. Un golpe franco en el que lo natural era esperar el centro y la genialidad de Lanza lo inclinó a ejecutar un chut inverosímil. Y, como corolario a su obra de arte individual, Lanzarote volvió loco ese día a Rico, su marcador, en una tarde en la que, cuando fue sustituido por Alberto López -entonces técnico albiazul- por Sergio Llamas en busca del aplauso, recibió una sonora ovación del público vitoriano, que vio una actuación fuera de serie ante los aragoneses del que era su reciente fichaje invernal (llevaba menos de un mes cedido por el Espanyol).


Curiosamente, Manu Lanzarote, el MVP de aquel sonoro partido, gemelo en el cartel anunciador al del próximo domingo en Mendizorroza, esta vez va a disparar hacia la trinchera contraria. No siguió en el Alavés al término de la temporada. Rescindió contrato con el Espanyol y buscó la aventura en Grecia. Los rebotes de la vida, las carambolas del destino, lo han traído al Real Zaragoza en el mercado de enero. Ahora, Lanza es una de las estrellas emergentes del renovado Real Zaragoza de Carreras, otro exalavesista. Y amenaza con triturar al Alavés con la camiseta zaragocista del mismo modo que en la liga pasada fulminó con su imponente actuación a los aragoneses luciendo el número 12 del uniforme azul y blanco del club de Vitoria, el mismo dorsal que porta en Zaragoza.

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