Diego Rico, cada vez más complicado

El lateral tampoco se entrena hoy y su presencia ante el Lugo se complica por la lenta evolución del esguince en el tobillo izquierdo.

La evolución del fuerte esguince de tobillo que sufrió Diego Rico en Pamplona el pasado domingo no es lo suficientemente rápida en cuanto a la remisión del dolor. El lateral zurdo continúa con molestias serias en la articulación dañada, la izquierda, y tampoco ha participado en el entrenamiento de este jueves con el resto del equipo. Por consiguiente, a falta de menos de cuatro días para la disputa del siguiente partido ante el Lugo en La Romareda (domingo, 17.00), su posible y pretendida alineación en el once titular de Lluís Carreras se complica cada hora que pasa.


Ni los médicos, ni los fisios ni el cuadro técnico quieren dar todavía por descartado al carrilero burgalés. De hecho, se va a apurar una decisión definitiva hasta el mediodía del sábado, cuando Carreras defina la convocatoria ante los lucenses. Si, entonces, Rico manifiesta la más mínima posibilidad de jugar, el entrenador y el galeno adoptarán una postura firme y considerarán si el lateral forma parte del equipo o se queda en la grada hasta la semana que viene.


Rico padece un doloroso golpe, acompañado de una torcedura, fruto de una entrada del osasunista Oier en la primera jugada del último choque en Pamplona. Ese día, el defensor zaragocista aguantó los 94 minutos restantes de juego pese a la inflamación de la zona afectada y al dolor que le generaba la lesión. A raíz de ese sobreesfuerzo, la rehabilitación del tobillo lastimado discurre ahora más lentamente hacia el estado óptimo. La fortaleza de Rico hace confiar a los responsables del equipo en que, con el paso de las próximas 48 horas, todavía pueda haber alguna posibilidad de que juegue ante el Lugo.


La sanción que recae sobre Cabrera -expulsado en El Sadar por doble amarilla-, que el club está intentando evitar a base de recursos ante los comités de la Federación, genera un problema en el flanco izquierdo de la defensa, ya que Abraham, el otro lateral de ese lado que posee la plantilla, todavía no está apto para jugar pese a que lleva una semana entrenándose con el grupo dentro del proceso de recuperación de una peligrosa fractura del hueso del talón -el calcáneo- que se produjo en diciembre en Tarragona. El joven Lasure, del filial, asoma como posible solución de emergencia si se diera el caso.

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