Sufrido punto del Real Zaragoza en Pamplona

El Real Zaragoza empata ante el Osasuna un partido que comenzó ganando

Sufrido, trabajado y merecido. Así es el punto obtenido por el Real Zaragoza en Pamplona en un partido poco vistoso, lleno de imprecisiones y marcado por un horrible arbitraje del gallego Eiriz Mata, muy casero y nocivo para los blanquillos al consentir permanentemente el juego duro del Osasuna y, por el contrario, castigar con demasiadas tarjetas a los zaragocistas, que han acabado incluso en inferioridad numérica por la expulsión final de Cabrera.


La primera parte, dentro del juego espeso al que llevó la maraña de jugadores que el Osasuna propuso en el centro del campo, fue controlada sin excesivos apuros por el Real Zaragoza. El equipo aragonés salió con bríos superiores a los locales y en apenas 8 minutos generó tres ocasiones de gol. Pedro, Cabrera y Ángel no estuvieron acertados en balones francos ante Nauzet y perdieron la opción de encarrilar el choque prematuramente. Entremedias, una peligrosa contra rojilla la remató mal a bocajarro Urko Vera tras un centro raso de Olavide. Sería la única llegada clara de los navarros junto a un mano a mano posterior de Otegui, consecuencia de un fallo garrafal de Guitián, que Manu Herrera salvó en dos veces providencialmente.


Después de este movido inicio, el encuentro entró en una larga nebulosa llena de faltas y yerros por parte de ambos equipos. El Osasuna, favorecido por la permisividad de Eiriz en el juego cuerpo a cuerpo, no paró de bombear balones parados lejanos en busca de la cabeza de Urko Vera y de rebotes favorecedores, que nunca encontraron provecho, mientras que los zaragocistas no lograban hilvanar tres pases seguidos en los inicios de los contragolpes. Solo Pedro, en el minuto 24, desde fuera del área, rozó el gol con un disparo que salió fuera rozando el palo izquierdo en una acción demasiado aislada en el casi inexistente juego de ataque aragonés.


Tras un disparo de Torres que rechazó en una buena parada Manu Herrera en el minuto 35, se encaró el final de la primera fase con cierto renacer ofensivo del Zaragoza. En una buena jugada de Culio por la izquierda, llegó el precioso 0-1 de Lanzarote. El centro del argentino al segundo palo fue controlado por el catalán y, a la primera, se inventó una excelente vaselina de corto recorrido que superó sin remedio a Nauzet.


El intermedio llegó esperanzador para un trabajador Zaragoza, con el Osasuna dolido por el mazazo de ese tanto. Pero el inicio del segundo tiempo no pudo ser más negativo para los de Carreras. En el minuto 2, en un córner fatalmente defendido por la zaga blanquilla y el portero, David García cabeceó a la red y repuso la igualdad.


Era partido nuevo con todo el segundo periodo por delante. Martín Monreal había puesto en el campo al veloz esloveno Vucko, que dio más profundidad a su juego de ataque y puso en problemas siempre a la defensa de Carreras. En una de sus penetraciones, tras un buen pase al hueco de Otegui, Manu Herrera tuvo que salvar el 2-1 con el pie cuando el osasunista se quedó mano a mano ante el portero zaragocista.


El Real Zaragoza, enseguida, comenzó a especular con el empate. Sin capacidad combinativa, los de Carreras apenas pisaron el área navarra con peligró en todo el segundo tiempo. Atrás, sin sufrir en demasía, sí que hubo que suspirar de alivio cuando el linier anuló un gol a De las Cuevas -recién salido del banquillo- por un ajustado fuera de juego. Dolía el 1-1 y urgía tomar aire. Pero no hubo ligazón entre el medio campo y la línea delantera hasta que el partido concluyó. Resultó imposible.


Solo la ceguera de los osasunistas para generar ocasiones claras ante Herrera facilitó la consecución final de este punto por parte aragonesa. Únicamente un centro de Berenguer, ya en tiempo añadido, restado a córner junto al palo por Guitián, hizo soñar con el triunfo a la animosa afición osasunista.


El punto mantiene vivo al Zaragoza en su escalada hacia los puestos de ascenso, aunque es insuficiente a corto plazo y obliga a seguir ganando muchos partidos a los de Carreras de aquí a junio.


Individualmente, el más destacado del equipo por su trabajo y eficacia fue Culio. Lanzarote se inventó un golazo en medio de una actuación gris, tanto como la de Javi Ros, demasiado flotante en un medio campo donde Morán no llevó bien el timón. Arriba, Ángel estuvo muy desasistido y, pese a su buen arranque de tarde, se apagó rápidamente. En defensa, Cabrera y Rico fueron los más solventes. Guitián cometió un par de errores con la pelota que pudieron costar muy caros. Y Campins volvió a mostrar lagunas a sus espaldas. El portero, Manu Herrera, no estuvo fino en el gol local, pero salvó con dos notables acciones sendos mano a mano ante Otegui y Vucko. Del banquillo salieron sin mucha chispa Sergio Gil, Dongou y, al final, un inédito Rubén tras la roja a Cabrera. Sobre todo Gil, que gozó de 39 minutos, no se mostró fino con el balón y le faltó verticalidad.


Ficha técnica


Osasuna: Nauzet; Oier, Miguel Flaño, David García, Javi Flaño; Merino, Otegui (De las Cuevas, 55); Olavide (Vucko, 46), Roberto Torres, Berenguer; y Urko Vera (Kenan Kodro, 75).


Real Zaragoza: Manu Herrera; Campins, Guitián, Cabrera, Rico; Morán, Javi Ros, Culio; Lanzarote, Pedro (Sergio Gil, 63); y Ángel (Rubén, 88).


Goles: 0-1, min. 41: Lanzarote. 1-1, min. 47: David García.


Árbitro: Eiriz Mata (Comité Gallego). Expulsó a Cabrera por doble amarilla (50 y 87). Amonestó a Pedro (14), Culio (36), Merino (40), Nauzet (50), Guitián (54) y Urko Vera (70).


Incidencias: Tarde agradable en Pamplona hasta la puesta del sol. Al inicio del partido, 12 grados. Césped en excelente estado. Más de 700 seguidores zaragocistas en las gradas de El Sadar. Asistieron al estadio 15.465 espectadores.

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