Carreras estudia algún cambio en el equipo por el perfil del Córdoba
Al técnico catalán le cuesta repetir once inicial porque tiene siempre muy en cuenta las condiciones del adversario y el escenario
En principio, lo normal y lo que dicta la lógica -voluble- del fútbol es que Lluís Carreras repita en Córdoba el mismo once inicial por el que apostó ante el Leganés el pasado sábado. Es decir: Manu Herrera; Campins, Guitián, Cabrera, Rico; Morán, Javi Ros, Culio; Lanzarote, Pedro; y Ángel. El Real Zaragoza, con esta estructura basada en cinco refuerzos invernales, repuntó en su rendimiento respecto de semanas anteriores y ganó 1-0 al segundo clasificado, el equipo madrileño. Gustó y emitió señales positivas.
Pero Carreras no responde a comportamientos ordinarios respecto de las composiciones de los equipos titulares. No es un entrenador que atienda a los criterios de premios, regularidades o continuidades forzosas. Al contrario, para el actual técnico zaragocista, cada partido concluye definitivamente unas horas después de que el árbitro lo decreta sobre el césped. "No condiciona para nada el resultado anterior al partido siguiente. El estado de ánimo que te genera una victoria, un empate o una derrota, te dura una noche y, a lo sumo, el día después. Luego, ya no sirve. El próximo partido se prepara viendo a dónde vamos, viendo el rival que tenemos, la racha que pueda llevar, sabiendo cómo juega, cómo repliega, cómo ataca, con las posibles bajan que pueda tener ese equipo...", argumenta el preparador barcelonés.
Da igual cómo haya actuado de bien o de mal el Real Zaragoza el día anterior. Si para el siguiente partido Carreras ha de hacer uno o dos cambios en virtud del perfil del rival, del escenario del duelo o de cualquier otra circunstancia que él considere, así actuará. "Yo tengo siempre en cuenta al rival. Es algo muy importante, tal vez de un 60 a 40 por ciento de peso para preparar el partido de una u otra manera", reconoce.
Por eso, su advertencia de que es posible ver algún cambio en la alineación esperada por todo el zaragocismo (la del pasado sábado ante el Leganés) no es en este caso una estrategia disuasoria o de despiste para su colega cordobesista, José Luis Oltra. "Es probable que puedan jugar los mismos once del otro día, pero no definitivo. Son partidos diferentes, el ambiente va a ser distinto, el campo es otro, el rival es totalmente dispar al de la jornada anterior. Siempre valoro mucho todo esto", es su respuesta cuando se le pregunta a quemarropa si va a dar continuidad en El Arcángel a los mismos once que arrancaron el último encuentro triunfal en La Romareda. "A pesar de que estoy contento con los que salieron ante el Leganés... bueno, hay posibilidades de seguir, pero también las hay de cambiar", esgrime dubitativo.
Suplentes el otro día como Diamanka, Hinestroza o Dongou bien podrían ofrecer prestaciones tácticas que, en alguna posición concreta, llevasen a Carreras a mutar levemente el once último. El técnico catalán, de hecho, no ha repetido equipo en ninguno de los partidos desde que llegó al Zaragoza en Navidad.
La sorprendente presencia de Ortí en la medular y la apuesta por Ángel en vez de Ortuño fueron sus bazas novedosas en su estreno ante el Huesca. En Oviedo, cambió a Diamanka por Ortí y no le quedó más remedio que recuperar a Ortuño por la expulsión de Ángel. Frente al Llagostera, Isaac entró por el lesionado Marc Bertrán. Contra el Mirandés, Rubén ocupó la plaza de un renqueante Rico y Ángel volvió a dejar fuera a Ortuño. En Almería, ya con caras nuevas y con varias bajas por lesión y sanción, asomaron los Campins, Mario, Tarsi y Dongou. Y el último choque, ante el Leganés, supuso la confirmación de la revolución con el estreno de Guitián, Javi Ros, Culio y Lanzarote.
En Córdoba, Carreras tiene ante sí la primera oportunidad de repetir un once inicial. Pero de sus palabras puede desprenderse que quizá el cuerpo le pida volver a matizar la apuesta con alguna decisión inesperada para los ajenos a su personal concepto técnico.
