Goleada al cáncer

Más de 18.000 espectadores llenaron de cariño La Romareda en el partido de Aspanoa. Triunfo zaragocista ante el Barça en una reunión repleta de emociones

La Romareda vuelve a meter un gol al cáncer

Cuesta hablar en tercera persona cuando algo se siente tan cercano. Lo intentaremos. Ya hace 23 años que el motor de los Zaraguayos, Javier Planas, parió la idea de disputar un partido de fútbol de jugadores legendarios en La Romareda para recaudar un dinerillo para la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón (Aspanoa). Desde entonces han pasado por Zaragoza los mejores equipos de España. Hasta la Selección Española y todo. Y siempre con una asistencia de público sin parangón en encuentros de veteranos. Fiesta del fútbol y fiesta de la solidaridad. Ayer fue el Barça el que jugó ante el Real Zaragoza con 18.000 espectadores en la tribuna. El dato en sí mismo sintetiza todo el cariño que aglutina esta iniciativa.

Es imposible no querer a esta gente. Huérfana/o es el que pierde a sus padres. Viuda/o, el que pierde a su cónyuge. ¿Y el que ve morir a un hijo? No hay palabra en la lengua castellana ni en ningún idioma que plasme esa tragedia. Pura y dura psicología del lenguaje: el cerebro humano se muestra incapaz de cerrar la herida que supone la muerte de un hijo. Por eso no se ha creado (o el mismo cerebro se niega a crear) la palabra que defina y dimensione ese dolor. Esa aflicción inmensa a la que nuestro mismo lenguaje no se atreve a designar es la que ataca con una firmeza conmovedora Aspanoa, la asociación que ayuda sin descanso ni tregua a los niños y a las familias de los niños que padecen cáncer en Aragón. Extraordinario lo de Aspanoa: sigue sin haber palabra en el diccionario para decirlo en su justa medida.

A La Romareda fueron 18.000 espectadores este domingo , pero se vendieron 25.000 entradas. Sí, volvió a haber gente que sacó su entrada aunque no pudiera ir al estadio. Tenían que currar. O simplemente no les gusta el fútbol, pero querían colaborar. Qué bonito. Aquí somos así... Por eso el personal se partió las manos de aplaudir cuando saltaron los niños al campo junto a los futbolistas con unos carteles bien grandes diciendo gracias. Niños como Eneko, el pequeño de cinco años que acaba de burlar una leucemia. Todo un campeón, Eneko, que se atrevió a hacer la campaña publicitaria del partido junto a otro campeón, Cedrún. Eneko nos ha enseñado que merece la pena luchar por la vida. Lo de Andoni Cedrún también es punto y aparte. No es gratuito el afecto hacia el gigante vasco. Pocos, muy pocos exjugadores, entienden la responsabilidad social inherente al fútbol de élite como él. Un ejemplo a seguir.

Los veteranos del Barça también contribuyeron a la fiesta. El FC Barcelona es un club señor. Su Agrupació Barça Jugadors, un montaje muy serio. Los veteranos del Barça suelen entrenar (o se juntan a jugar y tal...) en la bolera de Pedralbes, junto al Mini Estadi, dos veces por semana. Luego, algún jeque los contrata para jugar en Arabia con los veteranos del Real Madrid. Este domingo vinieron a Zaragoza gratis a favor de Aspanoa. Ojo, y con peloteros sobre el prado del calibre del ‘Lobo’ Carrasco o Goikoetxea. De ‘chapeau’, el Barça. Lo de los veteranos del Real Zaragoza también tiene su mérito. Sus años de gloria ya pasaron. Sus cuerpos atléticos forman parte del pretérito. Suelen matar el gusanillo los jueves en la clandestinidad de un rincón de la Ciudad Deportiva en el también clandestino horario de las dos de la tarde (14.00). Luego comen y cuentan sus batallitas al calor de unas jarras. Alguno, como Cedrún, ni quiere jugar ya, porque se le ríen cuando le meten gol. Sí, Cedrún ya es abuelo. Telmo, como Zarra, se llama el nieto que le dio su hija Maider. Su otro hijo, Jon, ya estudia Medicina en Leioa. Ya hace 20 años que se retiró... Pero este domingo se volvió a poner los guantes. "Solo me los pongo una vez al año. Mientras pueda, nunca faltaré al partido de Aspanoa. Me lo pide el corazón", reiteró el mítico guardameta. Lo de los demás veteranos no es lo de menos. Hay que descubrirse ante hombres que forman parte del patrimonio sentimental del zaragocismo. Porque ayer se volvieron a mostrar al escrutinio público del estadio que les hizo un sitio preferente en el fútbol. Y no solo dieron una lección de dignidad, sino que le ganaron con todas de la ley a un equipazo como es el Barça (2-0).

Retrato abriendo el desfile

Todo era precioso incluso antes del pitido inicial. El ‘Lobo’ Carrasco y Xavi Aguado abrieron la comitiva en una foto digna de vitrina del fútbol español. " ¡Cuánta gente! ¡Qué ambiente tan sensacional de fútbol! ¡Es fantástico jugar aquí!", decía el eléctrico extremo azulgrana. En el palco estaba el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente; Pablo Híjar, concejal de Deportes; Ángel Lorén, concejal del PP; y Óscar Fle, presidente de la Federación Aragonesa. Hicieron el saque de honor Flor Miguel, presidenta de Fapar (Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Escuela Pública en Aragón), y Miguel Ángel García, presidente de Fecaparagón (Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Aragón). " Pi, pi, piii...", comenzó el partido. Estampa formidable del Barça. Pero el Zaragoza sorprendió de salida. Cani, que no había pisado La Romareda desde su retirada, frotó la lámpara a los dos minutos, y le dijo métela a Moisés. Golazo: 1-0. El Barça se lanzó a por el empate, pero se topó con una defensa bien organizada por Carlos Royo, con Aguado y Paredes infranqueables en el centro. Y cuando llegó, Cedrún demostró que a sus 57 tacos está como un chaval. Imponente por arriba y por abajo. Joaquín Moso sustituyó a Andoni y también lo bordó. Jorge Sánchez, otro que como Moso mereció mejor suerte en el Zaragoza, dio aire al centro del campo. Con la portería cerrada a cal y canto ante un Barça que destilaba calidad en cantidades industriales (Óscar Arpón, Sánchez Jara, Goiko, un Carrasco de flipar...), llegó el segundo del Zaragoza por medio de Pedro Doñate. Aún pudo llegar el tercero, en otro destello mágico de Cani que Chucho Ochoa habría transformado en gol en sus tiempos de gloria.

Después de tantas emociones, lo mejor llegó al final. Abrazos, autógrafos. Cani todavía seguía rodeado de niños diez minutos después de concluido el partido. Como Cedrún, el cariño es un ejercicio de reciprocidad. Entre Cani y la chiquillería, un reportero a una gorrita pegado emuló a Stanley. " Pablo García Castany, supongo", dijo el preguntador. " Supone bien", contestó el ‘dandi’ catalán del centro del campo del Real Zaragoza de los Zaraguayos. " Quería estar hoy en La Romareda, pisar este campo otra vez. Acabo de hablar por teléfono con José Ángel Zalba, recordando viejos tiempos, cuando fuimos los mejores. Aquí le metimos seis goles al Real Madrid, tres míos, por cierto. También le hice tres a Iríbar", sonrió, emocionado. " Soy catalán, el Barça siempre será el Barça, pero con el Zaragoza fuimos subcampeones de Liga. Aquí nació mi hija Paty. Viví unos años maravillosos. Fui feliz, jugué con jugadores sensacionales (Violeta, Planas, Diarte, Arrúa...), futbolistas de primerísima línea en un gran equipo, como siempre fue el Zaragoza. Quiero ver jugar al Zaragoza con el Barça en Primera División cuanto antes", concluyó. Cuando ese día llegue y ahora también, Zaragoza seguirá goleando al cáncer en el partido de Aspanoa.


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