El triunfo de un luchador

Ignacio Tiñena vuelve a jugar tras recuperarse de una leucemia y de dos trasplantes de médula. El futbolista del Atlético Ranillas, de 19 años, regresa a la vida normal gracias a la donación de su hermano.

Ignacio Tiñena, en el pasillo de honor con el que fue recibido este domingo.
Ignacio Tiñena, en el pasillo de honor con el que fue recibido este domingo.
Francisco Jiménez

La vida de Ignacio Tiñena dio un vuelco hace poco más de un año. En apenas cuatro días pasó de disputar un partido de Segunda Regional B con el Atlético Ranillas a ingresar en el hospital Royo Villanova de Zaragoza, donde se le diagnosticó leucemia mieloide aguda. El partido más importante para un joven de tan solo 18 años acababa de comenzar, pero en su lucha contra el cáncer no iba a estar solo. Sus amigos, sus compañeros y su familia configuran un equipo indestructible que capitanea su hermano. Gracias a él, a Miguel, Ignacio regresó este domingo a su hábitat preferido: un campo de fútbol. Casi 14 meses después, tras someterse a dos trasplantes de médula, el futbolista se sintió futbolista. "Jugar a fútbol es lo que más me gusta y tenía muchas ganas de volver a vestirme de corto", revela el joven jugador.

La noticia que nadie espera oír llegó sin llamar a la puerta. Ignacio acabó su etapa de juvenil en el CN Helios, su club de toda la vida, y pasó el verano en el gimnasio consciente de que iba a jugar en una categoría con gente curtida. Tras dos partidos en Segunda Regional B con el ‘20’ a la espalda, todo se torció. Una gastroenteritis derivó en un diagnóstico delicado y dos meses de quimioterapia en el hospital Miguel Servet no sirvieron para aplacar la enfermedad. La solución pasaba por un trasplante urgente de médula y en Zaragoza no se podía realizar.

Ignacio echa ahora la vista atrás y reconoce que hubo momentos duros, pero que nunca bajó los brazos. "Al principio te preguntas que por qué a mí, qué he hecho mal; pero enseguida te dicen que no hay ninguna razón. Es algo que le puede pasar a cualquiera. Con el tiempo te haces a la idea de que va a ser complicado, pero también de que hay que superarlo sí o sí".

Hasta el hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander se trasladaron en un primer momento Ignacio y su madre -después también se desplazó su padre-, en una estancia que se prolongaría durante medio año. Otra tanda de quimioterapia precedió a un primer trasplante de donante anónimo en el mes de marzo que no salió bien. La solución más inmediata pasaba entonces por su hermano con el riesgo de que, por extraño que pueda parecer, existía menos compatibilidad que con la otra persona. El 15 de abril Ignacio recibió la infusión de sangre y a los pocos días la situación comenzó a mejorar. "Gracias a las células madre de Miguel, todo funciona correctamente", pronuncia ahora el mayor de los Tiñena.

La combinación entre ambos resultó efectiva. Cuatro meses más tarde y después de superar un control tras otro, los servicios médicos permitieron a Ignacio regresar a casa. "Para él, volver a Zaragoza supuso un punto anímico enorme. Santander nos devolvió a la vida, pero él allí estaba solo porque debía estar aislado", revela su padre.

A las pocas semanas Ignacio retomó sus estudios de Geografía y Ordenación Urbana y, por supuesto, tomó contacto con el balón. Aunque a menor ritmo, comenzó a entrenar, primero en solitario y después con el grupo.

Apoyo y cariño infinito

En todo este tiempo no ha parado de recibir muestras de cariño, tanto del Helios como del Atlético Ranillas, que este domingo le brindó una grata sorpresa. Ignacio, tras el pasillo de honor, comenzó de titular, portó el brazalete de capitán, disputó 37 minutos contra el Montañana y se marchó con un balón firmado. Fueron momentos de emoción y también de agradecimientos "a todos los compañeros y amigos, a los profesionales de los hospitales Miguel Servet de Zaragoza y Marqués de Valdecilla de Santander, a mi familia, a mis padres y, sobre todo, a mi hermano".

Ignacio deberá esperar todavía un año para garantizar que ha vencido a la enfermedad, pero el de este domingo fue el triunfo de un luchador, de un deportista nato, de un futbolista que se apoyó en su edad y en su condición física para doblegar al cáncer.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión