El Aragón amarra un meritorio punto

El filial zaragocista empata en el último suspiro con un gol de un defensor del Sabadell en propia puerta.

Carlos Nieto intenta escapar de la vigilancia de un contrario.
El Aragón amarra un meritorio punto
Rubén Fuertes

Avisó César Láinez nada más acabar el encuentro frente al Elche de hace dos semanas en la Ciudad Deportiva de que lo que no podía ser de ninguna manera era que los jugadores bajasen los brazos cuando un resultado se torciera. El mensaje caló hondo en el vestuario porque ayer el Aragón vio cómo el Sabadell se puso por delante en el marcador nada más comenzar la segunda parte pero, a diferencia de lo que ocurrió ante la escuadra ilicitana, los blanquillos no se dejaron llevar. El esfuerzo se transformó en recompensa merced a un gran centro de Aparicio y mejor remate de Rotellar que Migue desvió sobre su propia portería. El empate propicia que los zaragozanos estrenen el casillero de puntos como locales.

El arranque del Sabadell fue fulgurante. Pudieron adelantarse los de Toni Seligrat a los dos minutos con un cabezazo de Pol, pero una mano prodigiosa de Paisa evitó el gol. Poco después, un cara a cara de Capó frente a Paisa tuvo de nuevo como héroe al portero del filial. Raúl Guti era el foco sobre el que giraba el fútbol del Aragón, aunque sin el éxito deseado porque la tela de araña tejida por Seligrat funcionaba a la perfección. Se jugaba en pocos metros y los porteros veían de lejos el balón. Pudo cambiar el escenario tras un error de Jesús González. El ayer central le dejó un balón franco a Adrián Díaz, pero el delantero del Sabadell, solo ante Paisa, disparó fuera. El guardameta cántabro tapó bien los huecos y el ariete visitante no estuvo fino en la definición.

Volvió a ponerse el balón en juego y, tras una jugada ensayada, Nieto remató aunque sin encontrar portería. Fue la acción que precedió al penalti que sirvió para que el Sabadell tomase ventaja. Guillemenot, con la pelota en los pies junto a la línea de fondo, lejos de generar peligro, fue derribado por Raúl Guti. Falta absurda, pero falta. Desde los once metros, Felipe Sanchón engañó a Paisa. Los catalanes celebraban el 0-1. Acusó el mazazo el filial ante un rival que pudo sentenciar después. Creyó el filial en el empate. Cuando parecía que los tres puntos viajarían hasta Cataluña, llegó el empate. Aparicio colgó un balón con rosca que Rotellar, marcado por Migue, logró tocar lo justo como para que al pegar en la cabeza de su marcador acabase sorprendiendo a Roberto. El gol supone un valioso punto.

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