Alejandro Falces: "El físico es esencial en el arbitraje, pero no lo es todo"

El zaragozano de 21 años, actual Míster Aragón, compatibiliza desde este año su labor como árbitro de fútbol junto a su afición como modelo.

El colegiado aragonés Alejandro Falces posa en el Paseo de la Independencia de Zaragoza.
El colegiado aragonés Alejandro Falces posa en el Paseo de la Independencia de Zaragoza.
Raquel Labodía

Hace pocos meses que se sumergió en el ámbito del arbitraje, pero su vínculo con el mundo del fútbol viene desde muy atrás.

Empecé a jugar de pequeño en el Stadium Casablanca. Después pasé por otros equipos como el Amistad, el Giner o el Cuarte –donde resido–, hasta que el año pasado decidí dejarlo.

Colgó las botas para agarrar con firmeza el silbato.

El fútbol me quitaba bastante tiempo y veía que no iba a llegar a la élite. Pensé en otras labores que me podrían permitir seguir ligado a este deporte y valoré esta opción. Hablé con un vecino que empezó un año antes que yo y me terminó entrando el gusanillo. Pasé las pruebas físicas, aprobé el cursillo teórico y, en febrero, empecé a dirigir como árbitro principal en categorías base.

Y, ahora que está al otro lado, ¿ha variado mucho su percepción sobre la figura del árbitro?

Completamente. Hace unos años ni me planteaba arbitrar. Al empezar piensas que, como has jugado toda la vida a fútbol, esto es muy fácil. Cuando eres jugador piensas que el árbitro está en tu contra y solo te fijas en tus propios intereses.

Si pudiera, ¿se hubiese expulsado alguna vez como jugador?

Yo protestaba muchísimo a los árbitros. No daba muchas patadas, de hecho la mayoría de mis tarjetas amarillas eran por hablar. Siempre intentaba dirigirme al árbitro con educación. Aunque, si ahora volviese a jugar a fútbol, estoy seguro que actuaría completamente diferente. Cuando estás arbitrando decides en un segundo, no tienes una televisión para ver 20 veces la repetición.

Parece que ya hemos dejado atrás esa fatídica época en la que el fútbol aragonés se vio sacudido por constantes agresiones a diferentes colegiados.

Ya se toma como algo normal que pueda suceder algo así en un campo. Conocemos los casos de este año porque fueron grabados, pero esa situación debe cambiar radicalmente.

¿Usted sintió miedo a la hora de impartir justicia?

Nunca. Si alguno hace algo es culpa suya. Si sufriera una agresión creo que no me revolvería. Una cuestión fundamental del árbitro es hacer caso omiso a lo que te digan e intentar hacer tu trabajo lo mejor posible.

¿Ha vivido algún episodio desagradable en estos meses?

Agresión afortunadamente no. Insultos todos los del mundo. Como digo, parece que es algo normal que una persona vaya a un campo de fútbol a insultar al árbitro. Y no debería de ser así. Algún entrenador se me ha acercado al final del partido y me ha pedido disculpas.

Está a punto de cumplir su primer aniversario como Míster Aragón. ¿Le ha cambiado en algo la vida desde entonces?

Como árbitro apenas ha variado porque ya era Míster Aragón cuando empecé a arbitrar. Al salir de algún campo sí que he escuchado a alguna madre decir algún comentario, pero me lo tomo con humor.

¿Es verdad que un jugador que había expulsado, al final del encuentro se acercó y le preguntó por esta condición?

Fue en un partido que expulsé a tres jugadores. Cuando terminó, uno de ellos se acercó y yo pensaba que me venía a protestar alguna jugada. Mi sorpresa fue cuando me preguntó: ‘Oye, ¿tú eres el de la tele, no?’ Esas cosas te demuestran que una persona que hace 20 minutos te estaba protestando muy nervioso, al final del partido es un chico totalmente normal.

Árbitro, modelo, estudiante de Administración y Dirección de Empresas, camarero... ¿Cómo llega a todo?

Hay días que duermo cuatro o cinco horas, pero como es algo que me gusta y que hago a gusto, no me cuesta organizarme. Hasta ahora muchos de los trabajos los he hecho entre semana, lo que me ha permitido pitar el sábado.

Usted se asemeja al prototipo de árbitro que parece haber llegado para quedarse: joven, atlético, estilizado...

Ahora buscan lo mejor, buscan atletas, pero que tengan autoridad. Para arbitrar siempre te ayuda estar bien preparado físicamente. A la hora de un contragolpe, por ejemplo, te permite llegar bien hasta el final de la jugada. Ser atleta no es lo único, pero sí que es muy importante, algo fundamental. Pero no lo es todo. También hay que tener experiencia, saber controlar los partidos, tener la cabeza bien amueblada, saber tratar a los jugadores…

¿Qué es más complicado: dirigir un partido, afrontar un desfile o dirigir una empresa?

Desfilar más que difícil, es algo que te pone nervioso. El arbitraje me gusta, no lo veo difícil, pero porque estoy preparándome para que no lo sea. Todavía es pronto para saber si es difícil administrar y dirigir una empresa, estoy entre el segundo y tercer curso. Actualmente tienes que ser emprendedor y tener suerte.

Entonces... ¿dónde se ve dentro de 20 años: en un campo de fútbol, sobre una pasarela o sentado en una oficina?

Pitando yo creo que seguro. No sé a qué nivel ni en qué categoría, pero me veo arbitrando muchos años. La carrera pienso que va a ser mi principal trabajo, a lo que me voy a dedicar. La moda es algo pasajero, nunca se sabe porque no depende de ti, pero lo veo como algo más transitorio.

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