El CD Ebro aspira a jugar en La Romareda a partir de la liga próxima

Después de dos años en Segunda B, el club de La Almozara considera que el pequeño campo del Carmen no le permite seguir creciendo como desea.

Jesús Navarro, presidente del CD Ebro (en el centro de la imagen con camisa clara abierta y americana oscura), en el palco del campo de La Almozara junto al alcalde, Pedro Santisteve.
Jesús Navarro, presidente del CD Ebro (en el centro de la imagen con camisa clara abierta y americana oscura), en el palco del campo de La Almozara junto al alcalde, Pedro Santisteve.
Rubén Losada/Fotografiarte

El CD Ebro, club zaragozano que va a cubrir con solvencia su segundo año en la Segunda División B, desea jugar a partir de la liga próxima en el estadio de La Romareda y compartir, de este modo, el uso del campo municipal con el Real Zaragoza. La solicitud ya ha sido cursada por la directiva de la entidad del barrio de La Almozara y recibida por el Ayuntamiento de Zaragoza, donde el actor principal es el concejal de deportes, Pablo Híjar. Por el momento, no se ha hablado de plazos para discutir el asunto y tomar una determinación, pero la petición del Ebro tiene el inicio del próximo curso, el 2017-18, como objetivo del cambio de terreno de juego.

En la tarde de este viernes, el CD Ebro dio oficialidad a sus intenciones a través de la cuenta de Twitter de la entidad arlequinada: "El CD Ebro confirma su deseo de jugar en La Romareda para seguir su proyecto deportivo desde el respeto, la unidad y la responsabilidad", rezaba el mensaje.

El presidente del equipo del barrio de la Química, Jesús Navarro, razonó para HERALDO las líneas maestras que han llevado a su club a pedir el uso de La Romareda como feudo local del Ebro en su tercera campaña en Segunda B. "Después de dos temporadas en esta categoría podemos decir que estamos totalmente estancados como club deportivo. El CD Ebro necesita dar un salto de calidad en sus instalaciones para poder seguir creciendo, como es su deseo desde que se planteó el ascenso desde Tercera", explicó el dirigente.

"Nosotros estamos de acuerdo en que el Real Zaragoza hace mucho tiempo que se merece tener un campo mejor. Pero, del mismo modo, en su nivel actual, que es una categoría por debajo, al CD Ebro le sucede lo mismo en relación a las condiciones que presenta el campo del Carmen-La Almozara", razona Navarro para abordar la intersección inevitable con el primer equipo de la ciudad, con el histórico Real Zaragoza, que supone la petición y aspiración del Ebro de ser inquilino de La Romareda en lo sucesivo.

El presidente arlequinado subraya razones mayores de índole deportiva para sustentar la situación de colapso que siente el CD Ebro en su día a día actual. "Nuestra dirección deportiva (que dirige Ander Garitano) está teniendo serios problemas a la hora de fichar jugadores. Nos cuesta muchísimo convencerlos, cada vez más, pues después de dos años en Segunda B nuestro campo ya es conocido por toda España, en unos casos de manera directa al haber militado en dos grupos diferentes y en otros por el boca a boca. Hay futbolistas que no quieren venir porque nuestro campo y nuestras instalaciones no están a la altura de la tercera categoría del fútbol español", indicó Jesús Navarro.

Como derivación de este motivo, el presidente del CD Ebro también expone el sonrojo que les provocan muchas críticas directas que han de soportar cuando ejercen de anfitriones en el Carmen. "Tenemos que escucharnos de todo y, lo peor, es que son quejas con razón. Nos dicen que tenemos un campo de los años treinta, un campo de regional que no está apto para jugar una categoría nacional. Vienen equipos que han jugado en Primera, como el último día el Hércules, y nos da vergüenza. Los medios de comunicación no tienen cabinas, ni acometidas de línea o corriente en condiciones. Esto es así irremediablemente", prosiguió Navarro.

El CD Ebro cuenta con la receptividad de los actuales rectores del Ayuntamiento de Zaragoza. Y también presupone que los principales inconvenientes pueden llegar por la colisión de intereses con el Real Zaragoza, el club de referencia de la ciudad desde 1932 y que siempre fue el usuario único de los dos grandes campos que tuvo Zaragoza, primero Torrero y, desde 1957, La Romareda. "Esperamos que no haya problemas. Si el Real Zaragoza pusiera problemas, entonces no podríamos seguir adelante. Pero no sé qué problemas pueden surgir...", piensa en voz alta el presidente del club de La Almozara.

"Además, nuestra voluntad es la de aportar cosas, de ayudar al Real Zaragoza que es el gran equipo de siempre. De hecho, más del 70 por ciento de los socios del CD Ebro son asimismo abonados del Real Zaragoza. Si jugásemos en La Romareda, podríamos buscar fórmulas interesantes para todos", sugirió Jesús Navarro sacando a relucir los proyectos accesorios que ya ha pensado y propuesto su club al consistorio dentro de esta pretensión de compartir el principal estadio municipal de la capital aragonesa con el Real Zaragoza. Preguntado por si, entre esas fórmulas, podría entablarse algún tipo de filialidad o vínculo deportivo, Navarro fue tajante: "No. Eso no. El Real Zaragoza ya tiene su filial".

"No nos queda más remedio que, si el campo municipal de La Almozara se nos queda pequeño, pedir jugar en el siguiente más grande. Y, lamentablemente, en Zaragoza no hay otro intermedio que no sea La Romareda", concluyó su argumentación el presidente del CD Ebro.

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